“Sexo con ropa”

“Sexo con ropa”

JUAN CARLOS NAVARRO
El baile del “perreo” o el “sexo con ropa”, fusión de ritmos calientes, acogido con furor por adolescentes de sectores marginales de nuestro país, causa polémica y provoca la ira de la Iglesia. El perreo –un baile basado en la música del “reggaeton”, donde se funden el rap y el reggae– nació en Puerto Rico, se extendió a Panamá, Ecuador, Colombia y ahora ha sido asimilado por los jóvenes dominicanos marginales que aseguran que no hacen nada prohibido.

“Qué es lo que tú quieres, mami, qué es lo que tú quieres, mami; perreo, papi, perreo, perreo, mi papi”, es la esordecedora letra con acento caribeño que retumba en las discotecas. Los jóvenes de 11 a 17 años vestidos con pantalones anchos, tenis de colores desbordantes y peinados raros (hongo, con rayitos) y las chicas con ropa sumamente ajustada, salen a bailar como si el perreo se les metiera en la sangre.

En medio de la estridente música, la chica se voltea de un salto, coloca la palma de la mano en el suelo y ofrece la cadera a su acompañante al ritmo del perreo. Su pareja se acerca para cubrirla y comienzan a moverse. En algunos casos gritan “¡ahí papi, ahí papi dame con el latigo!”

En medio del salón de baile se puede ver a parejas realizando contorsiones imitando algunas posturas del libro hindú Kamasutra, sobre artes amatorias. “¡Es sexo con ropa!”, exclaman las chicas en la discoteca convertida en el palacio del perreo.

“El baile maldito”

El “baile maldito”, como se le conoció en Puerto Rico, ha sido vapuleado por la Iglesia y un congresista de ese país que amenaza con presentar al Congreso una ley que prohíba el baile, porque “alienta a la promiscuidad”.

Algunos sacerdotes de nuestro país han hecho llamado a los padres de familia porque consideran que la juventud se está prostituyendo y para tomar mayor atención en las discotecas que permiten el ingreso de menores de edad.

Hay personas, entre las que me encuentro, que sostenemos que el perreo es “un baile grotesco y vulgar que imita el acto sexual entre dos animales”.

No hay que ser malicioso, pero tampoco pecar de inocentes, porque el baile del perreo es una danza que privilegia la excitación genital como una forma de hallar placer.

El perreo incentiva el sexo sin responsabilidad, lo que puede provocar el incremento del Sida y la promiscuidad.

En tanto, los jóvenes y grupos musicales cultores del perreo salen al frente y afirman a la prensa que “estas personas, con su doble moral y con su evidente hipocresía, no nosvan a impedir que nos divirtamos.

turiaventura@hotmail.com

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