“Sexo en la ciudad” y “Agente 86”

“Sexo en la ciudad” y “Agente 86”

Nunca, lo confesamos, no vimos ni un solo capítulo de la afamada serie televisiva “Sex and The City” pero ahora, una década después de su inicio en la pantalla chica, nos llega esta adaptación para el Cine que, obviamente, tenemos que reportar.

Ahora, después de aguantar dos horas y diez minutos de estupideces, nos preguntamos cómo es posible que un “sit-com” tan banal y vulgar, tan intrascendente y vacuo como este pudiera ser un éxito económico tan grande en todas partes.

Si así es como piensan las mujeres de clase media alta en las grandes ciudades, el mundo ha llegado adonde tenía que llegar.

Casi es preferible leerse de cabo a rabo una revista dedicada a celebraciones, bodas, despedidas de soltera, compromisos y fiestas de quinceañeras en papel satinado y a todo color que seguir las aventuras y desventuras de estas cuatro cuarentonas con pajaritos en el cerebro que sólo piensan en cual será el próximo hombre con el que se van a acostar.

Pero, mientras estas cosas hagan dinero, seguirán haciéndose y nos quedaremos huérfanos de valores.

Wall-E.  Gracias a Dios, todavía, y aunque sea tan difícil como encontrar una aguja en un pajar, se siguen rodando cosas que están en las antípodas de tanta basura para cerebros huecos.

Ahí tenemos, sin ir muy lejos, a la extraordinaria “Wall-E” donde se nos transmite un excelente y a la vez desolador mensaje: El Hombre destruye al planeta Tierra y cada vez más el futuro se torna aterrador.

Hay que hacer algo por recuperar la Naturaleza.

El problema de “Wall-E” radica en que nuestros niños no entienden mucho acerca de Ecología y vivimos en un país donde no se puede ni soñar con recoger la basura en fundas separadas según su contenido.

Estos niños acuden al Cine en compañía de niñeras semianalfabetos o de madres que tienen como ideales a las protagonistas de “Sex and The City”.

Esto no excluye a la minoría pensante, a los progenitores que, a la salida, explican a los pequeños el mensaje y el contenido de la película.

Esos niños son los que van a vivir el mañana, los que van a sufrir ese Futuro donde hasta el agua va a ser un artículo de lujo y los cambios climáticos cada vez más imprevistos y terribles.

Si los mayores no entienden la cinta, si prefieren al Oso Panda del Kung-Fu porque es más simpático y menos complicado, allá ellos.

Si así es la Humanidad, entonces no tenemos problemas en que se destruya y se autodestruya.

Agente 86.  El otro estreno de la semana proviene también de una serie televisiva, pero una mucho más vieja, aquella que se titulaba “Get smart” y cuyo creador había sido un Mel Brooks anterior a su racha fílmica de éxitos como “Young Frankenstein” y “Blazzing saddles”.

“Get smart”, en  la pequeña pantalla, fue protagonizada por Don Adams desde el 1965 hasta el 1970.

Ahora le toca el turno a Steve Carell, comediante que ha ido adquiriendo fama y prestigio y que, indudablemente posee un gran talento para divertir al público.

 

 

El sexo y la ciudad.  Título original: Sex and The City, Dir: Michael Patrick King, Int: Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis, Cynthia Nixon, Chris Noth, Candice Bergen

 

Fueron dos horas y diez minutos de estupideces, de diálogos insulsos, de situaciones tontas, de absoluto aburrimiento.

Nos preguntamos entonces en cómo pueden existir en el mundo millones y millones de personas que se deleiten cada semana a lo largo de los años sentándose frente al televisor para seguir las vidas de estas cuatro mujeres insulsas que no tienen el mínimo valor moral ni intelectual.

Pero esa es la trágica realidad. Así se piensa, o no se piensa, en el mundo occidental de hoy.

Estamos muy lejos de aquellas muchachas a lo Jean Negulesco que viajaban por Europa para arrojar “Tres monedas en la fuente”. Calificación 2 (Mediocre) 

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Estreno

Sexo y la ciudad

Nos preguntamos cómo es posible que un “sit-com” tan banal y vulgar, tan intrascendente y vacuo como este pudiera ser un éxito económico tan grande en todas partes.

Nos preguntamos entonces en cómo pueden existir en el mundo millones y millones de personas que se deleiten cada semana a lo largo de los años sentándose frente al televisor para seguir las vidas de estas cuatro mujeres insulsas que no tienen valor intelectual.

La verdad es que nos hizo dar más de mil vueltas en la butaca.

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