“Si no estoy, el Plan Barrio Seguro
no tiene que desaparecer”

“Si no estoy, el Plan Barrio Seguro<BR>no tiene que desaparecer”

Por Leonora Ramírez S.
Pocas horas antes  de su relevo, mientras mostraba las estadísticas que evidenciaban la reducción de la criminalidad,  el exjefe de la Policía, mayor general Bernardo Santana Páez, dijo  que el Plan Barrio Seguro  no tendría que desaparecer con un cambio de mando, pues ese proyecto está por encima de esas rutinas.

“Es  muy difícil que se pueda revertir porque no lo he inventado yo, sino que está contenido en el Plan de Seguridad Democrática que tiene seis áreas básicas. Lo que he hecho es establecer cada una de ellas, por lo que yo creo que si nos vamos eso no se va a caer”.

Hay gente que a veces se le olvida que los asuntos de seguridad ciudadana no son cosas de gobierno ni de partido, sino de Estado, expresó Santana Páez al criticar a quienes apuestan al fracaso del plan por cuestiones  políticas.

Manoseaba con rapidez el informe ejecutivo de los logros de su gestión –que contiene estadísticas, estimaciones y más de 100 fotografías-, como si tratara de resumir en una hora dos años de trabajo que él entendía estaban sellados con el éxito.

Sus celulares sonaban a cada instante, sus asistentes les pasaban papeles o les susurraban mensajes porque más de uno esperaba en el amplio despacho decorado con fino gusto.

La entrevista transcurría y el anuncio de los proyectos que próximamente estarían en marcha daba la impresión de que el huracán de los cambios que se rumoraba  en la administración pública   estaba  muy lejos de ese espacio.

LO QUE DEJÓ EN AGENDA

Promediando las 8:00 de la noche del pasado viernes se supo que el general de brigada Rafael Guillermo Guzmán era su sustituto.

Ese hecho dejó en la carpeta de Santana Páez más de un plan,  como la construcción de precintos que sustituirían a los destacamentos que funcionan en el Distrito Nacional, y los detalles finales de una de las armaduras de su jefatura: la policía científica.

“Hacia ahí es que vamos caminando, hacia una policía técnica judicial, de hecho las funciones que tenemos es de auxiliar de la justicia, pero yo no descanso hasta que pueda convertir a la Policía en una institución técnica judicial en lo que es el área de la policía científica y preventiva”.

El Plan de Seguridad Democrática se implementó en el 2005, como parte de una estrategia del gobierno para enfrentar los altos índices de violencia  que debilitaban   la seguridad nacional, y que además ponían en entredicho la eficiencia de las autoridades para enfrentar esa situación.

Santana Páez se estrenó en ese esquema que tiene como uno de sus ejes principales el Plan Barrio Seguro. A lo mejor no quede tan lejos de su nuevo accionar,  ahora que tiene nuevas funciones como Asesor Policial del Poder Ejecutivo.

la  reducción de los crímenes

Mientras descifraba las estadísticas que tenía a mano, salían a relucir algunas anécdotas sobre casos difíciles que pudo solucionar al frente de la jefatura, o la relación de cariño que mantiene con los periodistas “porque yo barría el departamento de relaciones públicas de la Policía cuando era conscripto”.

Antes de dejar el cargo  se ocupó de entregar en los  medios de comunicación un informe que demostraba la reducción de los homicidios en sus dos años de gestión.

Esos números indican que en los primeros 17 días de agosto de este año ninguna persona murió en hechos de violencia en los barrios Gualey, Simón Bolívar, Los Guandules, Villas Agrícolas, La Zurza, María Auxliadora, el ensanche Luperón,  24 de abril y   27 de febrero.

“Pero antes esos barrios eran un infierno,  y en sentido general se puede decir que la tasa de criminalidad bajó, en el 2007, a 7.31%  por cada 100,000 habitantes”.

En el estudio criminológico de los homicidios, que abarca  el período  enero-junio 2007,  se refleja que 45% de esos hechos no están ligados con la delincuencia, sino con  crímenes pasionales, rencillas personales, discusiones por “asuntos de tragos” o de tránsito.

Sólo el 20% de los homicidios se vinculan con  la delincuencia común, tales como robos en comercios, en la vía pública, en casas deshabitadas y a hechos relacionados con el microtráfico de drogas.

LOS ANTECEDENTES

Los índices de violencia y criminalidad aumentaron en el 2004, cuando se produjeron 2,242 homicidios en el transcurso de ese año.

Santana Páez se concentra en las cifras más que en las explicaciones causales, porque entiende que ese es un territorio de la sociología en el que no tiene jurisdicción.

Como todo guardia viejo que no cae en ganchos, tampoco atribuyó esa situación al incremento del tráfico de drogas, a  otro tipo de actividad delictivas o al aumento de la crisis económica.

Lo que le atañe es que en su gestión ocurrieron 24 secuestros y su desenlace tuvo feliz término, debido según él a la profesionalidad del cuerpo de investigadores que estuvo bajo su mando.

De acuerdo con el informe de la policía, a partir del 19 de agosto del 2005, cuando se inició el Plan de Seguridad Democrática,  el índice de criminalidad tenía una tasa de 25-28 homicidios por cada 100,000 habitantes, y en el primer año de aplicación del mismo los homicidios se redujeron a 17 por cada 100,000 habitantes.

Otros datos que aparecen en el informe señalan que en el  2000 se produjeron 1,099 homicidios, en el 2001 1,065, en el 2002   1,242,  en 2003  1,902, y en 2004 2,242.

Las estadísticas  abarcan la segunda mitad de la década anterior. En 1996 se produjeron 1,032 homicidios, en 1997 1,038, en 1998 1,121 y en 1999 1,187.

PROMEDIO DE HOMICIDIOS

Los datos aportados por Santana Páez  establecen la media semanal de homicidios; en tal  sentido la de 1999 era de 24.7, la del 2000 de 34, la del 2001 de 22.2, la del 2002 de 26.

 Asimismo, la del 2003 39.6, la del 2004 de 47, la del 2005 de 46.5, del 2006 de 34 y la del 2007 de 27.

El éxito del plan

El exjefe de la Policía  entiende que el Plan de Seguridad Democrática, en su componente de Barrio Seguro, ha sido exitoso porque se ha sustentado en una política de prevención, más que de represión.

Con ese esquema, aseguró, se modificó un estilo de investigación que prefería que los hechos ocurrieran para luego indagar.

“Pero  viramos el asunto, el gobierno donó recursos y se compraron vehículos para el patrullaje, se reclutaron policías, y esa presencia en las calles ayudó a bajar un poco la apreciación de inseguridad que tenía la gente”.

Para lograr eso se fortaleció el área   científica con una plataforma tecnológica que tiene una inversión de RD$80 millones, y se mejoró la preparación de los agentes que forman parte de la Academia de Policía Científica.

“Aumentamos las unidades motorizadas, pero sobre todo la cantidad de agentes en las calles, que actualmente ascienden a 3,540 en Santo Domingo, y a 1,250 en los sectores que forman parte del Plan Barrio Seguro”, detalló Santana Páez.

Santana Páez cree que es posible establecer en todos los barrios un sistema de vigilancia como el que se implementa en algunos sectores, pero como no sabía que a su cargo le quedaban horas planteó que trabajarían en el  proyecto  “Ciudad Segura”.

A lo mejor sin presentir su despedida, Santana Páez manifestó que sólo tenía pendientes dos casos importantes: un homicidio en Puerto Plata y el asesinato de Angel Christopher Martínez, un inspector de Aeronáutica Civil.

LAS DEBILIDADES

Santana Páez habla con orgullo de las ventajas de la ciencia en la investigación criminal, y para demostrarlo citó  la variedad de  evidencias que aparecían en crímenes cuyas investigaciones estuvieron a su cargo.

 Aunque él se goza del desarrollo  de la criminalística, y de los esfuerzos que se hacen en el país para que mejore esa especialidad, está consciente de que su discurso no está presente en las mentes de todos los policías.

“Necesitamos cambios muy grandes,  además nacimos con una tara biológica que proviene de la Santa Hermandad de la Inquisición que trajo Colón, y después  andábamos detrás de los estudiantes de la UASD, de los comunistas y líderes estudiantiles.

“Porque se usó la Policía con fines políticos los gobiernos dictatoriales y facistas, y eso nos hizo a nosotros  tener una herencia de odio grandísima”.

A pesar de eso cree que han avanzado bastante, que el perfil del policía ha cambio porque se le instruye en el respeto a los derechos humanos.

En el Instituto de Dignidad Humana de la Policía se dictan cursos sobre uso legal de la fuerza, respeto a los derechos humanos y dignidad humana.

Esos  cursos los han recibido más de 10,000 agentes.

Para complementar esa formación a los policías se les instruye en materia espiritual, y en ese sentido, Santana Páez manifestó que hay un estricto respeto a la fe que profesan cada uno de sus agentes.

Con relación a la destitución de policías que formaban parte de bandas delincuenciales, expresó que la institución no tiene mañana para adecentarse, porque la comunidad está demandando un nuevo perfil del agente del orden.

“No se si he pagado un precio por eso, pero se ha entendido”.

Datos biográficos

Santana Páez ingresó a la Policía como conscripto en 1977. Allí ocupó varios cargos, entre esos asistente del director de relaciones públicas,   analista de inteligencia,   subdirector del   departamento de Narcóticos y Drogas Peligrosas, y   director de la Escuela de Investigaciones de la entidad.

También fue  ayudante del  Fiscal del Distrito Nacional, director de Investigaciones de la Procuraduría Fiscal del Distrito,  supervisor general de Prisiones, director general de Prisiones, asistente del Procurador General de la República.

Santana Páez ha sido  profesor  en el área de criminalística, criminología y ciencias forenses, en el  Instituto Latinoamericano para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (ILANUD) y en la Suprema Corte de Justicia.

Asimismo, hizo estudios en justicia criminal en el International Institute of the Americas, de San Juan, Puerto Rico. También realizó post grados en derecho penal en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD),  e hizo estudios de “suficiencia investigativa en la Universidad del País Vasco.

Luego de su destitución como jefe de la Policía se le nombró como asesor policial del Poder Ejecutivo.

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