“¡Sin principios… no hay final!

“¡Sin principios… no hay final!

Camiones, furgones, carros públicos… ¡Sin luces atrás! ¡Autobuses privados a velocidades entre 115 y 130 kilómetros por hora!… Sus chóferes han olvidado que la vía derecha es para el tránsito pesado… ¡¡¡Y ellos son pesados!!!

Pocas luces direccionales, por estar quemadas o porque no les da la gana usarlas…

Esa es nuestra triste historia, provocada por la irresponsabilidad de “los dueños del país”… haciendo equipo con la inercia de nuestras autoridades de carretera, quienes se han dejado influenciar por el tránsito en la Autopista Duarte…

Pasamos el cruce hacia Puerta del Cielo… una curva después y, al final de una recta, aparece una cola de patanas que roban la vía de la derecha mientras esperan para recibir autorización para acceso a una empresa fabricante de varillas de construcción, en lugar de estacionarse internamente y así evitar una posible desgracia temprano en la mañana…

Luego de una próxima curva, la autopista nos lleva a una recta en bajada que termina en la estación de peaje… Un primer motor de la autoridad de carreteras se nos presenta justo antes… estacionado a la derecha… Recostado al mismo, está uno de los agentes que conversa animadamente con su compañero de turno… mientras observa a los vehículos reducir sus velocidades aproximándose a los puntos de pago…

Un semáforo más y, metros adelante, frente a nosotros está un juego de luces siempre apagadas –anteriormente un supuesto semáforo-, para quien se quiera aventurar a una izquierda en el 28…

En un recoveco -antes del paso peatonal de Villa Altagracia- nos recibe una luz giratoria que nunca para… es de una camioneta del plan de asistencia vial, siempre estacionada al lado de un furgón que opera como destacamento móvil para prevención con un oficial detrás del volante a la espera de actuar…

Nos acercamos al vivero de los bambúes… Justo al pasar la entrada de Los Mogotes otra unidad motorizada es divisada… En ella están dos agentes dispuestos a controlar a los “pies calientes” en carros y minivans… ¡¡¡Lamentablemente no podemos decir que se aplica la misma medicina para los autobuses, patanas y camiones que violan las leyes frente a sus ojos!!!… Un día de la semana pasada, durante 20 minutos detuvimos nuestro vehículo medio kilómetro antes de ese puesto de control vial y, con mucha pena, lo anterior fue confirmado…

Pasamos las primeras entradas a Bonao… frente a la posada y bajo una sombrita, otra unidad motorizada detenía a vehículos privados… sin embargo, no así a los autobuses, camiones y patanas que volaban…

Al alcanzar el cruce hacia Constanza, justo antes del elevado sobre la autopista encontramos otro motor de control vial y nos detuvimos a monitorear su trabajo… Esta vez, usaban un dispositivo de radar de vez en cuando y de cuando en vez… Sólo detenían a vehículos privados… y, de nuevo, no así a las patanas, autobuses privados y camiones voladores…

Una vez en la llamada “cuesta de Miranda”, dos camiones transitaban de forma paralela… Sus conductores conversaban entre sí-ya que su velocidades de ascenso así se los permitía-… Mientras, filas de vehículos nos manteníamos esperando a que ellos terminaran de importunar la vía…

Entramos a una recta antes de La Vega y, casi al final, otro motor de control vial… Oficiales que conversan con un motoconchista… Dos patanas y un autobús privado frente a ellos -y seguidos de cerca por nosotros para estos fines- a una velocidad de ¡¡¡130 kilómetros por hora!!!

Un consejo de Píndaro a nuestras autoridades de carretera: ¡¡¡Salgan de su inercia y rueden en la pista!!! … ¡¡¡Refuercen el respeto de los patanistas y chóferes de autobuses a nuestras leyes, hasta que les duela el tuétano!!!

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