Nicolás Pimentel no puede ocultar su natural ingenuidad y romanticismo característicos de muchacho de campo. De esta forma es que ha plasmado los bellos paisajes de su querido pueblo, Jarabacoa.

Cuando expresa todo lo que persigue en sus obras, habla de perderse en la penumbra a través del sentimiento que crece dentro de él, con solamente ver las montañas que le rodean y que se constituyen en motor inspirador de sus obras.

“Paisaje del natural”, “La ceniza del Hatillo”, “Autorretrato”, son algunas de las obras que el joven artista presentó recientemente en la exposición “Sueño de un paraíso”, realizada en el Hotel Pinar Dorado en Jarabacoa.

Su profesora, Ruth Vasallo, apunta en el catálogo sobre las largas caminatas que realizaba Nicolás para llegar al pueblo y recibir clases en el patio de su casa, cuando todavía no existían escuelas de arte.

Nació en Hatillo, Jarabacoa. Desde 1993 hasta 1995, reside en el taller del maestro Roberto Flores, y luego realiza estudios de arte en la Escuela Eugenio María de Hostos. En el 2003 se gradúa en la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Así también, el profesor Flores expresa que el joven artista fue superando peldaño a peldaño las exigencias de la Escuela Nacional de Bellas Artes, quien a su paso por la academia fue merecedor de sendos premios y ha llenado las expectativas de sus guías y mentores.