“Sugar” y el irreverente “Bruno” son los estrenos de la semana

“Sugar” y el irreverente “Bruno” son los estrenos de la semana

A “Sugar” le conocimos hace ya un año, cuando la película de Anna Boden y Ryan Fleck (los responsables de “Half Nelson”) fuera la escogida para inaugurar el festival de Funglode allá en el Teatro Nacional, con la presencia de numerosos peloteros en la sala.

A Bruno le estamos conociendo ahora con su aureola de escándalo, porque, en realidad eso es lo que le gusta a Sacha Baron Cohen y ahí estriba el “secreto de su éxito” desde los tiempos de “Borat”.

Y, si Borat provocó acalorados comentarios, Bruno ha sacado ronchas porque, a muchos no se les hace fácil contemplar esta serie de “gags” y situaciones “gays” en una historia absolutamente irreverente y provocadora para las “buenas conciencias”.

Lo de “Sugar” es diferente porque “Sugar” es un muchacho de Macorís, un pelotero que, de buenas a primeras, va a encontrar la oportunidad de viajar a  Estados Unidos y de prepararse para jugar en un gran equipo.

Han tenido que ser extranjeros aquellos capaces de retratar la idiosincrasia y el alma de los dominicanos. “Sugar” es así tan auténtica como buena película.

Ha tardado en llegar a nuestras carteleras, pero la agradecemos de corazón.

Y eso que, ustedes ya lo saben, no somos aficionados a la pelota, aunque -y esto es curioso- nos gustan muchas de las películas que han abordado el tema al estilo de “Fear strikes out”, “El orgullo de los yanquis”, “El mejor”, “Campo de sueños”, “Eight men out”,  etc, etc, etc.

Estos dos nombres, “Sugar” y “Bruno” son las opciones de la cartelera en esta semana. Escoja.

Sugar.  (Título original: Sugar, Dir: Anna Boden y Ryan Fleck, I: Algenis Pérez Soto, Rayniel Rufino, Andre Holland, Ann Whitney, Ellary Porterfield, José Rijo).

A nuestro país han venido a rodarse muchísimas películas, pero la gran mayoría de ellas tratan temas totalmente ajenos a nuestra realidad.

De ahí el primer gran mérito de “Sugar”: Cuenta una historia dominicana sobre el sueño de muchísimos de nuestros jóvenes: llegar a ser una estrella del béisbol. Además los directores han sabido captar a la perfección nuestra forma de hablar, nuestra psicología, nuestras costumbres y tradiciones.

Y, a pesar de hacernos reír en múltiples ocasiones, la cinta no es ni mucho menos una apología del alcance del “American dream”, sino todo lo contrario.

A nuestro entender le sobra metraje y nada era necesario después de que “Sugar” toma el autobús, pero aún así es tan honesta como la actuación de Algenis, debutante promisorio.

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