Yo soy el político más serio del mundo. Escríbelo bien grande y entre comillas, porque es así, dijo el precandidato presidencial del Partido Reformista
POR ROSA ALCANTARA
Tengo con que vivir, dijo escuetamente Amable Aristy Castro cuando se le preguntó sobre cuál es su patrimonio. Lo que sí dijo en reiteradas ocasiones el precandidato presidencial del Partido Reformista Social Cristiano es que viene de la extrema pobreza, de una familia humilde, que dedica 22 horas de trabajo todos los días y que progresa como su provincia La Altagracia.
Dijo no recordar su declaración jurada porque según, expresó, hace tiempo que la hizo.
Antes de incursionar en la política fue empleado bancario y dealer de una agencia de venta de vehículos y posteriormente propietario de varias estaciones de expendio de gasolinas.
Según dijo, Aristy Castro en 1978 fue ayudante civil de la Presidencia honorífico.
Narró que participa en política desde el año 1982.
Recuerda que en sus tiempos de pobre vendía motocicletas y automóviles, venía de Higüey a Santo Domingo con diez y quince choferes a las tres de la mañana.
Dice no descansar por el trabajo ni tiene vicio alguno.
Por sus raíces continúa siendo el hombre humilde y sencillo, con virtudes y defectos.
Se considera una persona humana que ayuda a los demás para cubrir sus necesidades perentorias, como a instituciones de bien social.
Cuando llegué a la Cámara de Diputados en 1980 no era político. Habían dos carros de lujo, el de Pedro A. Rivera y el mío, subraya.
El secretario general de la Liga Municipal Dominicana aclaró que cuando llegó a dirigir esa institución fue siendo senador de la República por la provincia La Altagracia.
EL POLITICO MAS SERIO DEL MUNDO
Aristy Castro dijo que es el político más serio del mundo.
Escríbelo bien grande y entre comillas porque es así, dijo el dirigente reformista cuando se le preguntó el por qué la embajada de Estados Unidos le había cancelado su visado.
Sostuvo que siempre estuvo confiado en Dios y la Virgen de la Altagracia, de que su caso se iba a esclarecer
Empero, el dirigente político dijo que las autoridades norteamericanas nunca le explicaron las razones por las que adoptaron esa decisión.
Explicó que nunca le mandaron una comunicación suspendiéndole o cancelándole la visa, sino que esto se produjo cuando fue con su familia a renovar el visado.
Agradeció a la embajada de Estados Unidos por haberle otorgado su visado, luego de haber solicitado que le revisaran su caso.
El dirigente reformista dijo que para esos fines sostuvo varias reuniones con el embajador de entonces de Estados Unidos, el agregado político.
Aristy Castro recordó que el 19 de enero de este año las autoridades de la embajada le informaron que su caso había sido revisado y que determinaron que calificaba para entrar a territorio norteamericano.
Manifestó que estos le preguntaron si visitaría los Estados Unidos de inmediato a lo que le respondió que no. Ahora no voy por falta de tiempo, dijo jocosamente Aristy Castro. Expresó que tiene una visa de diez años y cuando ha ido a territorio norteamericano, expresa, lo tratan como a un rey.
Aristy Castro sostuvo que cuando fue presidente del Senado nunca quiso que su familia ni él disfrutaran del prigilegio de pasaportes diplomáticos.