El vicario de la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, Sabana Grande de Boyá, Modesto Arias Florentino, reprendió a los sectores que defendieron la práctica abortista, a los que recordó que Jesucristo tiene sed de que la vida de cada ser humano sea preservada desde la concepción hasta la muerte.
Con la interpretación de la Quinta Palabra de Jesús en el momento de la muerte: Tengo sed, reiteró que la vida es sagrada por ser fruto de la acción creadora de Dios.
Jesús tiene sed de que con voluntad férrea se combata el flagelo de las drogas, que como la carcoma, poco a poco, está corroyendo a los diferentes niveles de la sociedad, manifestó.
El sacerdote que vela por la vida espiritual de una zona de la provincia Monte Planta narró los tristes momentos que pasó Jesús en la crucifixión, cuando le dieron vinagre en lugar de agua. Cree poderoso el mensaje de su frase: Tengo sed, necesaria para que se cumpliera la Escritura.
Era la voluntad de Dios que todos nosotros sepamos que su hijo único había sufrido agonía, indicó. Arias Florentino enfatizó que no pueden permitir que tantos jóvenes de los campos y los barrios se sigan desmoronando por causa de las drogas.
La familia primero
El párroco de Sabana Grande de Boyá afirmó que la familia no escapa a la cultura actual, del rechazo a la búsqueda de la verdad, ya que la sociedad está inmersa en una crisis generalizada.
Sostuvo que la pérdida de la trascendencia es otro de los factores que lesionan fuertemente a la familia, debido a la irrelevancia de los valores e ideales supremos. Instó a las familias a recuperar a Dios.