“Tres”, poética de danza en ballet memorable

“Tres”, poética de danza en ballet memorable

El Ballet Nacional Dominicano, bajo la dirección de Marinella Sallent, se une a la conmemoración del 50 aniversario del asesinato de las Hermanas Mirabal, con la presentación del ballet “Tres”, del maestro Carlos Veitía. Artísticamente, es a través de la danza como  se evoca por primera vez este hecho histórico. A propósito del  estreno  en 1980 del ballet “Las Hermanas Mirabal”,  escribimos en el “Listín Diario”: “Ha sido necesario que transcurrieran veinte años de aquella tragedia que estremeció a todo un pueblo, para que surgiera un artista con suficiente sensibilidad, capaz de conmoverse e inspirarse en un acontecimiento histórico profundamente dramático.

A Eduardo Villanueva le cabe la gloria de haber creado el primer ballet histórico dominicano”.  No haremos un paralelismo entre el Ballet de Villanueva y el de Veitía, no tendría sentido; aquel, respondiendo a la estética de su tiempo constituyó una exquisita crónica coreografiada que logró expresar en imágenes impactantes la magnitud de la tragedia. Veitía hoy, treinta años después, en una concepción dramática contemporánea, apela a la emoción, al sentimiento.  “Tres”, innominadas, son una, una tragedia, un ideal, una esperanza, todo es símbolo, alegoría,  las sombras  se corporizan,  el  movimiento sugerente  es la constante, los ensambles, metáforas de horror y espanto.  El “collage”  musical de Philip Glass es un acierto de Veitía, las transiciones tonales de la música, las frases que se repiten con cambios de diseño y ritmo, se adecuan a la propuesta coreográfica. Los bailarines transmiten  la intensidad del drama, mostrando un nivel técnico excelente, logrando verdaderos momentos de emoción en un público cautivo, cuya percepción del hecho histórico abominable, es análoga a la de su creador.

Sobresalen tres. Stephanie Bauger, Alihayde Carreño y Lisbel Piedra, ellas representas las “mariposas”, víctimas y mártires ayer, heroínas por siempre. El tiempo ha sido el mejor aliado de Veitía, en cada entrega muestra  madurez conceptual, y capacidad inagotable para la creación de  movimientos  que vuelca al espacio racionalmente utilizado.  La exquisita noche de danza incluye  el “Tchaikovsky Pas de Deux”, esencia de la musicalidad de Balanchine, extraordinaria pieza reservada a bailarines virtuosos.  Stephanie Bauger  estupenda,  y Romel Frómeta, invitado del Ballet de Cuba,  excelente bailarín, logran un  célebre dueto.

Algo más

 Otro ballet presentado fue  “14.52…Vidas pasadas”, de Víctor Ramírez,   propuesta humana, hermosa, un canto a la vida y sus consecuencias, vivir hoy porque no hay regreso, sólo añoranza por lo que fue o no fue. El lenguaje coreográfico de Ramírez es fluido, hay estilo en su danza, un sello que lo define y una búsqueda constante de formas; este es uno de sus ballets más acabados.

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