“Un chele para Chile”

“Un chele para Chile”

Hasta años después de la desaparición física del tirano Rafael Trujillo, la unidad mínima del peso dominicano era el centavo, denominado “chele” en el argot popular del pueblo llano.

Cien centavos, o cien cheles, formaban el billete de un  peso ($), que fue la base del sistema monetario erigido durante la oprobiosa dictadura, que también tenía papeletas de circulación nacional de 5, 10, 20, 50 y 100 pesos. El chele, con el que la juventud de entonces resolvía las demandas del día a día, representaba la diferencia entre estar arruinado, sin dinero y sin trabajo dentro de aquella economía  de subsistencia, sin inflación, feudo del “jefe”, la personificación del déspota.

Al igual que ahora, Chile fue estremecido por un potente terremoto en la década del ´40. Como hoy, el hermano país del Cono Sur requirió la solidaridad internacional. “Un chele para Chile”, fue la consigna que la dictadura permitió que se promocionara para recabar escasos recursos económicos entre el pueblo. Con una modesta alcancía en las manos, recorrimos las calles pidiendo a la gente “un chele” para ir en auxilio de los chilenos.

¿Cuánto se recabó? Nadie lo supo jamás, pero la poderosa maquinaria trujillista se unió a la campaña, marcando la primera vez que ocurría algo similar en la historia nuestra. Apoyos posteriores se produjeron entre los dominicanos a propósito de desastres naturales ocurridos en Nicaragua y Guatemala. Gobernantes distintos, en diferentes épocas y circunstancias, han practicado la solidaridad internacional, como acaba de ocurrir con el vecino Haití.

El drama chileno es tan patente, que la saliente presidenta Michelle Bachelet no pudo ocultar su dolor cuando dijo: “Chile no merece esto”, impotente ante una tragedia del poderoso terremoto de 8.3 (escala de Richter), seguido de tsunami y replicas continuas.

La cooperación internacional se ha manifestado con creces, tanto en Haití como en Chile. El gobierno y el pueblo dominicanos han sido felicitados por su pronta colaboración hacia el hermano pueblo haitiano. Dios sabrá pagárnoslo porque de los hombres no es posible esperar recompensas.

Así como hace seis décadas las modestas alcancías pedían apoyo para Chile,  hoy la tierra de Salvador Allende, Pablo Neruda y Gabriela Mistral se une en el tiempo a la tragedia haitiana para reclamarle al mundo “un chele para Chile y un chele para Haití”.  

Como dijo el Presidente Leonel Fernández en la reciente cumbre internacional, la recuperación y rehabilitación de Haití no debería limitarse solamente a las pérdidas causadas por el terremoto del 12 de enero, sino que debe encaminarse hacia una recuperación histórica de lo que ha sido ese país en sus 200 años de existencia.

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