“Víctor Victoria”, un espectáculo fascinante

“Víctor Victoria”, un espectáculo fascinante

POR CARMEN HEREDIA DE GUERRERO
La comedia musical “Víctor Victoria”, presentada en el Teatro Nacional por Guillermo Cordero y un elenco de primeras figuras, ha constituído un verdadero éxito artístico y de público, que masivamente ha respaldo las presentaciones.

“Víctor Victoria”, filme dirigido por  Blake Edwards, responsable además del guión, estrenado en 1982, y llevado a escena años más tarde –1995– por el propio Edwards como comedia musical, está basado en la película “Víctor und Viktoria” (1933) del director alemán Reinhold Schünzel, quien recrea el ambiente del Berlín de los años treinta, poco antes del advenimiento del nazismo.

Blake Edwards desarrolla la acción en el París del mismo período, y nos sugiere descubrir la ambigüedad de los valores y sentimientos de los seres humanos, según las circunstancias que los rodean.  En clave de comedia, Blake nos introduce en el mundo del cabaré, del vodevil,  del gansterismo y sus acólitos, y utiliza  una figura paradigma del enredo, especie de hilo conductor que va tejiendo el embrollo. Este personaje “gay” es “Toddy Carrol”, componedor, astuto y de gran humanidad, que transforma a Victoria Grant, joven soprano sin éxito, en Víctor Grazinsky. Convertida en un falso travesti, Victoria participa de las liviandades humanas, y asume su papel y su triunfo con naturalidad, logrando convertirse en la estrella del mundo “gay” de París.

La llegada de King Marchan, empresario americano, vinculado a una figura gángster, del que Victoria se enamora perdidamente, viene a debilitar el entramado de su existencia. Por su parte King, quien se siente atraído por Víctor, no acepta la posibilidad de estar enamorado de un hombre, la duda lo atormenta, se resiste, pero el amor es el amor, Víctor o Victoria, no importa.

Norma Cassidy, casquivana amante de King, es otro elemento del conflicto,  coquetea con el supuesto Víctor, y descubre la inclinación de su amante hacia éste. Un cuarto personaje importante en su significado lo es Squash Bernstein, rudo guardaespalda de King, que al creerle, enamorado de Víctor, le descubre sus verdaderas inclinaciones sexuales, demostrando que a veces las apariencias –el parecer ser– son más importantes que el ser. Blake Edwards ha creado una obra extraordinaria cuyo “Happy end”, redondea la idea de la trama más allá de la simple diversión, porque en definitiva, lo que cuenta, lo que importa, es el ser humano.

LA PUESTA EN ESCENA

La presentación de este famoso musical, por primera vez en español, por parte de Guillermo Cordero, es un acontecimiento digno de los mayores elogios.

Varios elementos convergen para hacer de esta puesta en escena un espectáculo totalizante. Las excelentes escenografías realizadas por Lilliana Soto y Rolando Giubilei, donde prima el buen gusto, la adecuación y la movilidad efectista, juegan un papel protagónico. De igual manera el vistoso vestuario de época, diseñado por Jorge Diep, el maravilloso juego de luces creado por Bienvenido Miranda y los múltiples efectos utilizados, contribuyen a la excelencia de la puesta en escena.

Toda esta impresionante parafernalia propia del gran espectáculo, no tendría significado alguno, si el elemento básico e insustituible –los actores– no produjesen una actuación creíble, capaz de comunicarnos la historia, el argumento, base real de toda obra teatral. Sobre dos grandes figuras recae principalmente el peso de la acción. Cecilia García, “Víctor Victoria”, ha construido el personaje tomando distancia del creado por July Andrews –cuya referencia es inevitable–, y lo ha hecho con inteligencia, a conciencia, con ribetes de originalidad en las transiciones de este personaje dual. En las partes cantadas su voz se deja escuchar nítida, con hermosos contrastes. Su movilidad escénica se decanta en las partes danzadas.

Freddy Beras Goico logra una magnífica caracterización del encantador Toddy, y lo hace con mesura, sin caer en estereotipias que caricaturizan el  personaje. Freddy logra una excelente comunicación con el público y desborda su potencial histriónico en la escena final, convertido en travesti.

La parte cantada tiene su voz más alta en Juan Tomás Reyes, ponderado en su papel de King Marchan. De elegante figura, Reyes maneja el espacio escénico con propiedad.       La gran revelación de este espectáculo ha sido Carolina Rivas, como la díscola Norma Cassidy. La versatilidad de esta joven se adecúa a la perfección a la demanda del personaje y lo convierte en protagónico, haciendo las delicias del público que le retribuye con una gran ovación. Phillip Rodríguez en su papel de Squash Bernstein logra una buena actuación, de igual manera, Lillyanna Díaz, Pepito Guerra, Kenny Grullón y Miguel Ángel Martínez. Los demás participantes mantienen un buen nivel, acoplados al excelente engranaje dirigido por Verónica López.

Los grupos de danza constituyen parte esencial del espectáculo; en sus diferentes intervenciones, todas de gran nivel, desarrollan una movilidad atrayente, producto de las apropiadas coreografías de Guillermo  Cordero, Mary Louise Ventura y Patricia Ascuasiati.

“Víctor Victoria” es una comedia musical fraccionada en múltiples escenas, que constituyen muchas de ellas un espectáculo en sí mismas. “Le Jazz Hot”, “Dice Luis” y “Chicago, Illinois” son las partes danzadas de mayor atractivo. “Las Suites de un Hotel” se convierten en  un exquisito juego escénico, donde la hilaridad se pone de manifiesto, destacando Gracielina Olivero, en su breve intervención como la camarera del hotel. En las escenas más líricas “Mundo cruel”, “El dilema de King” y “Nuestra canción de amor” intervienen Cecilia García y Juan Tomás Reyes.

Como en todo musical, la  música es parte consustancial, y de ella depende, en gran medida, el éxito del espectáculo, aspecto asegurado en “Víctor Victoria”, dada la calidad de la música de Henry Mancini. La excelente orquesta dirigida por Amaury Sánchez ofreció el acompañamiento oportuno en todo momento.

La escena final impactante en su amalgamada composición, es la apoteosis de un cierre espectacular.

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