Hoy día se vive una fiebre de Internet móvil. Un asunto que para muchos es una necesidad, y para otros simple moda, se está convirtiendo en una marcada tendencia reflejada en el uso de celulares “inteligentes” (smartphones), los cuales permiten el acceso a Internet y muchas otras aplicaciones propias de un ordenador.

Y a pesar de ser herramientas muy útiles, el uso de estos aparatos está afectando seriamente el desenvolvimiento social de tantos de sus usuarios, quienes muchas veces dedican más atención a su mundo virtual que a la propia realidad. Ese estado de obnubilación va afectando la capacidad del individuo de relacionarse socialmente, realizar sus tareas con eficacia y hasta cuidar de su propia integridad mientras conduce o camina por las calles; en ello coinciden expertos en diferentes áreas consultados sobre el tema.

Un mundo paralelo.  Tener un celular “inteligente” en nuestro país se ha convertido en una moda, y curiosamente una gran mayoría de sus poseedores no les da el uso con el que lo concibieron sus creadores. El mejor ejemplo es el del teléfono Blackberry, que en un principio fue diseñado para uso corporativo, y hoy día es el smartphone más utilizado por los jóvenes dominicanos para cuestiones triviales como chatear y mantenerse activos en diferentes redes sociales.

Y si bien permite a las personas estar siembre disponibles y facilita muchas de sus tareas diarias, el uso compulsivo de estos aparatos está afectando seriamente el comportamiento de muchos de sus usuarios.

“Lo más negativo que han provocado los teléfonos “inteligentes” es el modificar la conducta social, generando una falta de atención. Los usuarios de estos dispositivos tienden a no prestar atención   por estar conectado al celular escribiendo mensajes. También, producto de estos dispositivos algunos jóvenes han desarrollado patologías antisociales pues todo lo quieren comunicar por el celular aun teniendo el destinatario al lado, junto a una nueva tendencia del envío de fotos íntimas entre jovencitos y jovencitas que se conoce con el nombre de Sexting (contracción de sex y texting)”, explica el ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones, Hiddekel Morrison.

Su opinión coincide con la de la psicóloga Kaly Báez quien asegura que “con el auge de de los celulares inteligentes nos hemos vuelto más eficientes en algunas áreas, pero al mismo tiempo estamos hipnotizados por el constante intercambio de información, nos hemos vueltos más ajenos a nuestro entorno”.  

También  se expresan sobre esta tendencia  el ortopeda Andy de León y el sociólogo Juan Miguel Pérez.

Esta marcada dependencia ha dado lugar a   términos como el  “crackberry que  sugiere que el Blackberry  es  tan adictivo como el   crack, indican.

Las frases

Kaly Báez

La dependencia al internet, aparatos celulares y tecnológicos crea una atadura psicológica que no permite que la persona enferma pueda separarse de manera saludable del estímulo que satisface la adicción”.

Hiddekel Morrison

Los indicadores locales e internacionales revelan una significativa subutilización de los teléfonos inteligentes pues los usuarios tienden a no leer los manuales y en muchos casos desconocen las potencialidades de su equipo o no saben cómo utilizarlo, limitándose a solo llamar por los mismos y a comprarlos más por moda que por necesidad”.

Andy de León

La interacción de las personas en la calle prácticamente pasó al olvido, porque quien usa esas herramientas mantiene su propia conversación con el celular, ajeno a los demás”.

Juan Miguel Pérez

Estos medios constituyen posibilidades importantes de trascender y avanzar en el plano individual y como colectivo. Sin embargo, también representan riesgos grandes de entretenerse y estancarse en sutilezas, que nos divierten, pero nos distraen de la búsqueda de la verdad”.