120,000 muertos y cinco millones
de desplazados

120,000 muertos y cinco millones <BR>de desplazados

YAKARTA (AFP).- Unas 120.000 personas murieron por los tsunamis del domingo en el sur de Asia y, cuatro días más tarde, la preocupación se centraba en los 5 millones de desplazados, según la OMS, a menudo desamparados, sin alimentos o agua potable y, por ende, vulnerables a las enfermedades.

   Frente a la amplitud de la catástrofe, se asiste a una movilización internacional sin precedentes. Ya se liberaron más de 340 millones de dólares y los gobiernos occidentales estudian aliviar la deuda de los países devastados. Las organizaciones no gubernamentales continuaban enviando el jueves material en la región.

   Sin embargo, esos esfuerzos no alcanzan a cubrir las necesidades, ya que Naciones Unidas pidió una ayuda de más de 1.600 millones de dólares. Este jueves, el Banco Mundial anunció que liberará unos 250 millones de dólares.

   Y los socorristas -divididos entre la búsqueda, la identificación y el entierro de los cadáveres, por un lado, y el apoyo a los sobrevivientes del otro- apenas lograban acceder a las zonas más aisladas.

   La situación es particularmente dramática en el norte de la isla indonesia de Sumatra.

   Ubicada frente al epicentro del sismo, la región de Aceh perdió a cerca de 80.000 habitantes y el 80% de la costa oeste de la provincia quedó destruida, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

   Los desplazados se cuentan por cientos de miles en la zona.

   Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) unos «cinco millones de personas están desplazadas y se encuentran en peligro en la región» afectada por los tsunamis, declaró a la AFP Harsaran Pandey, la portavoz de la organización en el sudeste asiático.

    Ya traumatizados por la experiencia vivida, los habitantes de Sumatra debieron enfrentar el terror de nuevas réplicas sísmicas en la madrugada del jueves.

   Pero sobre todo, la mayoría de ellos no pudieron recibir la ayuda internacional, a raíz del corte de rutas y de una grave escasez de combustible. Hambrientos, algunos empezaron a buscar en el lodo para encontrar cocos o arroz.

   Esto no hace más que aumentar el gran peligro latente: las epidemias vinculadas al envenenamiento del agua por los cadáveres en descomposición y la infiltración del agua de mar en los pozos.

   «Los cadáveres en descomposición provocarán enfermedades como el cólera, la diarrea o el tifus si no intervenimos rápidamente», explicó el jueves a la AFP William Carré, de la ONG francesa Bomberos sin Fronteras.

   Los otros países afectados -principalmente Sri Lanka con 29.000 muertos, India con más de 11.000 y Tailandia con 2.500- también están concernidos por este problema.

   Con consecuencias menos mortíferas, los tsunamis (olas gigantescas) también afectaron a Birmania (90 muertos, según la ONU), Maldivas (75), Malasia (66), Bangladesh (2), y algunos países africanos, como Somalia (132), Tanzania (10) y Kenia (1).

   En Sri Lanka, dos regiones plantean grandes problemas: el noreste de la isla bajo control de los rebeldes tamiles, que se quejan de no recibir ayuda, y el extremo sur, de muy difícil acceso.

   Frente al desastre que enfrenta, Colombo pidió que se intensifique la ayuda internacional.

   En cambio, Nueva Delhi rechazó toda asistencia internacional, al estimar que puede hacer frente a la catástrofe por sus propios medios.

   Sin embargo, la situación sigue siendo muy confusa en India respecto de lo ocurrido en el archipiélago Andamán y Nicobar, ubicado muy cerca del epicentro del sismo y donde el balance provisional de 4.000 muertos podría dispararse.

   La policía y los guardacostas temen que 10.000 personas hayan muerto sólo en la isla de Car Nicobar

   Un alerta de tsunami en el estado de Tamil Nadu, donde ya hay 7.500 muertos, se sumó a la confusión.

   Por la mañana, miles de personas huyeron como pudieron después de que el gobierno lanzara una advertencia sobre la llegada de nuevas olas gigantescas. A las 16H00 GMT, la amenaza no se había concretado.

   En Tailandia, su homólogo Thaksin Shinawatra dejó entender que el número definitivo de muertos en su país podría llegar a 7.000, ya que el 80% de los 6.000 desaparecidos habría muerto.

   Contrariamente a otros países afectados, los muertos en el sur de Tailandia son en gran parte turistas, que llegaron a este país para pasar las fiestas de fin de año bajo el sol.

   Mientras que unos 7.000 extranjeros están considerados desaparecidos, sólo se confirmó la muerte de unos cientos.

   Según estas cifras, los países occidentales con más víctimas mortales son Suecia (44), Alemania (33), Gran Bretaña (28), Francia (21), Noruega (20) Austria (20), Italia (14) y Estados Unidos (14).

   Sin embargo, los países nórdicos, Alemania e Italia serían finalmente los más concernidos, porque cuentan con un gran número de ciudadanos de los cuales no se tiene noticia (1.500 suecos, entre 700 y 800 noruegos, mil alemanes, 700 italianos).

   Mientras tanto, a nivel internacional ya aparecieron las primeras fricciones entre los países donantes tras el anuncio del presidente estadounidense George W. Bush sobre la formación de una coalición encabezada por Estados Unidos, Australia, Japón e India, para coordinar la ayuda, un papel habitualmente reservado a la ONU.

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