Atenciones de emergencia requirieron ayer 126 estudiantes de una escuela de La Bombita, de Azua, que tras ingerir el desayuno escolar comenzaron a experimentar síntomas de intoxicación. Se trató del caso más grave registrado hasta ahora en la cadena de hechos de esta naturaleza que han afectado últimamente a las escuelas públicas de diferentes partes.
Anoche, diez de los afectados seguían en internamiento mientras las autoridades realizaban prontamente una investigación.
La Bombita, Azua. En medio de denuncias de sabotaje y de una investigación que busca establecer si hay manos criminales detrás de las frecuentes intoxicaciones de estudiantes con el desayuno escolar, 126 estudiantes de la escuela Angel Rivera, de esta comunidad, requirieron ser atendidos de emergencia ayer tras ingerir la leche servida en el plantel. Con éstos suman 342 los afectados en lo que va de año.
La situación motivó la intervención inmediata de la comisión integrada por procuradores adjuntos y oficiales policiales, que en horas de la tarde inspeccionaron la planta procesadora de leche Ysura, que por segundo día suplió la leche a tres escuelas de Azua, aunque solo en una afectó.
En el descenso participaron los procuradores adjuntos Frank Soto y Bolívar Sánchez, así como los jefes de Investigaciones Criminales e Inteligencia de la Policía, Héctor García y Ramón Ciriaco Núñez.
Indagatorias. Soto explicó que enviaron al Instituto de Ciencias Forenses (Inacif) muestras del desayuno servido, los contenedores, así como de vómitos de los afectados y entrevistaron a los directores de las escuelas que recibieron el desayuno.
Señaló que no solo se trata de un problema de salud sino de un asunto de seguridad y, advirtió, de comprobarse la existencia de manos criminales levantarán los cargos correspondientes.
Ysura se defiende. El administrador de la planta, Franklin Villar, defendió la calidad del producto servido y dijo que también enviaron muestras a sus laboratorios.
El drama. A media mañana de ayer, la cotidianidad de la escuela Angel Rivera se vio afectada por los malestares gástricos que presentaron los alumnos. Los niños se quejaron de dolor abdominal, mareo y vómitos.
De inmediato el caos se trasladó al hospital de Taiwán, a donde fueron trasladados los niños, debido a que a los padres les fue impedida la entrada por falta de espacio. La violencia afloró, porque se niegan a que la leche vuelva a ser llevada al plantel.
Ellos no vuelven a llevar esa leche a la escuela, porque vamos a quemar el camión, dijo indignada Ramonita Ciprián, madre de dos niñas afectadas.
Mientras la niña Carmen Vargas lloraba del fuerte dolor de estómago y aseguró que no volverá a consumir esa leche. En la misma actitud se mostró la niña de 5 años Vianny Alcántara. Alrededor de 10 niños quedaron ingresados, por persistirles las molestias.