Desamparados

Desamparados

Claudio Acosta.

Lo que mas le duele a los familiares de Cristian Espinosa, quien lleva diez días en cuidados intensivos en una clínica de Santiago  desde que lo trajeron “intoxicado” desde Sabana Iglesia, donde trabajaba en la limpieza de uno de los túneles usados como respiradero de la presa Tavera-Bao, es que ninguna autoridad ha dado la cara. Y aunque su situación  no es tan triste ni tan dramática como la de los parientes de sus tres compañeros  que no tuvieran la suerte de sobrevivir, el desamparo en el que los ha dejado el desinterés de las autoridades en su tragedia es difícil de sobrellevar.

Resulta inconcebible que el director del INDRHI, por cuya cuenta trabajaban al menos 26 de los obreros  que contrajeron histoplasmosis, una infección respiratoria provocada por la inhalación de las esporas de un hongo, se hiciera el desentendido, como si no fuera su responsabilidad asegurarse de que esos obreros trabajaran rodeados de toda la seguridad necesaria, empezando por los equipos de protección que evitaran lo que desgraciadamente sucedió.

Tampoco han estado a la altura de las circunstancias las autoridades  de Salud Pública, pues según residentes en el municipio de Sabana Iglesia, que ayer realizaron una vigilia para demandar respeto a la dignidad de los obreros contagiados y las familias de los fallecidos, estas no se han presentado para hacerse cargo de la situación o  para enterarse en  el mismo lugar de los hechos de lo ocurrido.

Es posible que la política, que tantas pasiones despierta y de la que viven tantos dominicanos de manera directa o indirecta gracias al rampante clientelismo, ocupe tanta atención de los medios que nos haya impedido apreciar en toda su magnitud del desamparo de las víctimas de esa tragedia, perfectamente atribuible a la negligencia, pero también de la irresponsabilidad de un Estado que solo sirve para llenar de riquezas y privilegios los bolsillos de los políticos.

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