“Hemos sido puestos aquí para aprender las lecciones
que nos convertirán en almas más completas”.
Eric Pearl
El alma es la que conecta el cuerpo (acción) con la mente (que piensa la realidad que vivimos). Por vía del alma, elegimos si le damos el poder a la materia o al espíritu que la anima y le da vida. Muchas personas son capaces de reconocer lo que necesita el alma de las personas que aman. En cambio, ignoran las propias necesidades o postergan su satisfacción. La condición en que se encuentra el alma (rota o entera) es una responsabilidad de cada quien.
En 1934, Phyllis Bottome escribió: “…había desarrollado un anhelo apasionado por hacer sentir cómodos a los demás a su costa, consiguió sentar a otros en sillones, aunque para ella no quedara más que un pequeño taburete incómodo apartado en una esquina”. De tanto ignorar las peticiones que nos hace el alma, ésta termina debilitándose, separándose y en casos extremos ¡perdiéndose!
El cuidado del alma es una tarea muy estimulante. Implica estar atentos a lo que nos ocurre, mirando sin críticas ni reproches lo que pensamos. Al tiempo que entramos en contacto con lo que sentimos, sin miedos y sin culpas. El antiguo sacerdote norteamericano Thomas Moore es el autor del exitoso libro “El cuidado del alma”. Especializado en psicología arquetípica y junguiana, el escritor dice que una característica del hombre contemporáneo es la pérdida del alma, que se manifiesta en forma de vacío, depresión y desilusión respecto a las relaciones.
Muchos especialistas de la conducta están debatiendo el impacto que está teniendo el aislamiento social en el estado de ánimo, y cómo el compartir tanto tiempo en espacios cerrados ha evidenciado los problemas que las relaciones escondían en apretadas agendas.¿Cómo no tener dificultades con el otro cuando se ha dejado de lado lo que la propia alma necesita?
Según Moore, el alma humana no está hecha para que se la entienda. Para él, cuidar el alma no consiste en buscar una existencia ideal o libre de problemas, sino en permanecer en el presente, cerca de la vida tal como se presenta, otorgando un espacio a la espiritualidad mediante el ritual y la belleza. El acto de penetrar en los misterios del alma, sin sentimentalismo ni pesimismo -prosigue el escritor-, estimula un florecimiento de la vida de acuerdo con sus propios designios y con su propia e imprevisible belleza. Claro, para esto es necesario que podamos darle un buen lugar tanto a las luces como a las sombras que albergamos en nuestro interior.
El escritor y orador motivacional canadiense T. Harv. Eker dijo: «La razón número uno por la que la mayoría de la gente no obtiene lo que quiere es que no sabe lo que quiere». Los comportamientos excluidos de la personalidad aprovechan cada oportunidad para sanar. ¿No es el aislamiento social que vivimos un buen tiempo para atender lo que no está funcionando en nosotros? Lo que nos molesta nunca viene de los demás ni de las circunstancias que vivimos, sino de nosotros mismos. La autora de la novela histórica “Recuerden el Álamo” Amelia E. Barr escribió: “Ninguna persona fue animada desde fuera, la devastación final viene desde dentro”.
El escritor francés Gustave Flauvert dijo: “Un alma se mide por las dimensiones de sus deseos, como se juzga una catedral por la altura de sus campanarios”. El aislamiento social es una buena época para desear hacer cosas diferentes, o nuevas, que nos permita cuidar el alma. La felicidad es el mejor nutriente para mantener el alma sana y entera. El alma sana y entera sostiene relaciones buenas y significativas. La Universidad de Harvard diseñó un curso sobre Felicidad al que han asistido miles de personas. Estas son algunas de las recomendaciones que comparten:
#1. Practica algún ejercicio: no utilices el aislamiento para acomodarte. Las labores domésticas (barrer, trapear, organizar, etc) son favorables no solo para mantener la casa funcionando, ¡tu cuerpo también! Los expertos aseguran que hacer ejercicio es el antídoto más efectivo contra la tristeza, el estrés y el alma rota.
#2. Cuida lo que comes: aprovecha el tiempo para prepararte comidas nutritivas y saludables. Prepara el menú de la semana o quincena para que no compres cosas de más y aproveches las salidas al supermercado. Come de todo y varía los alimentos. Evita el exceso de harinas blancas y el azúcar. Comer bien te ayuda a tener energía, a pensar bien y a desempeñar con éxito las tareas.
#3. Agradece a la vida todo lo bueno que tienes: mantente enfocado en los beneficios colaterales de esta época. Si te llegan pensamientos que amenazan con inquietarte, escribe en un papel 10 cosas que te dan felicidad. Las listas de gratitud nos llevan a enfocarnos en las cosas buenas que estamos experimentando.
#4. Se asertivo: No asumas que el otro debe saber como te sientes. Pide lo que deseas y di lo que piensas. Está demostrado que ser asertivo ayuda a mejorar la autoestima. Aguantar en silencio y resentirte, genera tristeza y desesperanza.
No te tomes nada personal. Si tú o el otro se desbordan, cambia de espacio, haz otra cosa y cuando baje el enojo lo hablan tranquilamente.
#5. Usa el dinero en experiencias, no en cosas: Un estudio descubrió que el 75% de personas se sentían más felices cuando invertían su dinero en cursos, clases y formaciones, mientras que sólo el 34% dijo sentirse más feliz cuando compraba cosas.
#6. Enfrenta tus retos: tener mucho tiempo puede ser una razón para no hacer lo que sabes es conveniente hacer. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Estudios demuestran que cuanto más postergas algo que sabes que tienes que hacer, más ansiedad y tensión te generas. Escribe pequeñas listas diarias o semanales de tareas a cumplir ¡y hazlas!
#7. Pega recuerdos bonitos, frases y fotos de tus seres queridos por todos lados: una de las cosas que puede afectarte es la separación física de la gente que amas. Llena tu nevera, tu computadora, tu smartphone, tu escritorio, tu cuarto y tu vida de recuerdos bonitos con tus seres queridos. Comparteles un mensaje alusivo al momento tan lindo que pasaron juntos.
#8. Siempre saluda y sé amable con otras personas: pregúntale a tus familiares y allegados como se sienten. Envíales saludos para que sepan que piensas en ellos. Si hablan por teléfono sonríe. Tu tono de voz será más afectuoso y cálido. Más de cien investigaciones afirman que tan solo sonreír cambia el estado de ánimo.
#9. Usa zapatos que te queden cómodos: aprovecha este tiempo para usar los zapatos más confortables que tengas. Si estás en casa usa pantuflas. El Dr. Keinth Wapner, presidente de la Asociación Americana de Ortopedia, dice que cuando duelen los pies nos ponemos de mal humor y peleamos con los demás.
#10. Cuida tu postura: Caminar derecho con los hombros ligeramente hacia atrás y la vista hacia enfrente ayuda a mantener un buen estado de ánimo. Si vas a trabajar en casa, utiliza una silla cómoda que te permita tener la espalda recta.
#11. Escucha música: Está comprobado que escuchar música te despierta deseos de cantar y bailar, esto te va a alegrar la vida y alegrará tu alma.
#12. Siéntete hermoso: El 41% de la gente dicen que se sienten más felices cuando piensan que se ven bien. Aunque no salgas de la casa báñate, arréglate y ponte bonito.
#13. Acércate a Dios: Religiosidad no es sinónimo de Espiritualidad, no te olvides de tu origen divino y manténte en contacto con la Fuente de bien dentro de ti. Medita, ora y regálate unos minutos de silencio. ¡Tu alma te lo agradecerá!