Jugando a las escondidas

Jugando a las escondidas

Claudio Acosta.

Dada su experiencia política y en las lides de la justicia el doctor Radhamés Jiménez debería saber mejor que nadie que jugar a las escondidas con la prensa, al extremo de mudarse de domicilio para no tener que dar su versión sobre testimonios y declaraciones que lo vinculan a una red mafiosa que se dedica a manipular procesos judiciales y traficar con sentencias, solo empeorará su situación. Simple y sencillamente porque todo el mundo interpretará que su negativa a dar la cara es una implícita admisión de que algo tiene que esconder, o que no puede explicar de manera convincente y satisfactoria. Al exProcurador le gusta actuar tras bambalinas, donde se mueve con discreción y eficacia, pero sobre todo confiado y tranquilo por saberse bien protegido, aunque quizás olvida que la sombra política que lo cobija no durará cien años ni este país lo resistirá.

Díganselo a Monch

Integrantes del movimiento Poder Ciudadano volvieron a sorprender a las autoridades policiales y llegaron hasta las puertas de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), “a la vera” del Palacio Nacional, donde formaron una cadena humana que por más de una hora reclamó el cierre definitivo de esa entidad y el cese de la corrupción y la impunidad. En esta ocasión no se desalojó de manera violenta a los manifestantes, que armados de pancartas y consignas exigieron que se respete su derecho a protestar de manera pacífica y ordenada. Una vez concluida la protesta los representantes de Poder Ciudadano se marcharon por donde llegaron, y lo mismo hizo el contingente policial que los vigiló de cerca. En ningún momento la seguridad de la casa presidencial se vio amenazada, ni se afectó la estabilidad del Gobierno. ¿Sería alguien tan amable de informárselo a José Ramón –Monchy– Fadul, ministro de Interior y Policía?

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