“Todos los cambios, aun los más ansiados,

llevan consigo cierta melancholia”.

Anatole France

La libélula simboliza la esencia del cambio. Su paso por la vida nos muestra el compromiso con la satisfacción de las propias necesidades, la buena disposición para hacer el trabajo de forma incesante (pero con humildad), y el anhelo de agradecer la propia existencia aportando belleza a la creación.

La libélula es el animal de poder del 2015. El sábado pasado estuve impartiendo un taller de cierre de año, y cuando hacíamos el brindis de despedida una libélula nos sorprendió sobrevolando por encima de nuestras cabezas. Luego, mientras estaba sola recogiendo las cosas que había usado, vi a la libélula bajar al suelo y detenerse. Me acerqué y al tocarla me dí cuenta que había muerto. Me quedé atónita a su lado.

El escritor suizo Henry Amiel dijo: “Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles en el arte dificilísimo de la vida”. Las libélulas han estado en la Tierra por más de 250 millones de años viviendo dentro y fuera del agua. Sus ojos son compuestos y llaman mucho la atención por su tamaño. Cada ojo está formado por treinta mil ojitos más pequeños, que le ayudan a ver hacia todas direcciones, hasta detrás de su propia cabeza, y detectar el movimiento más imperceptible.

Tienen seis patas y cada una posee púas filosas, que pueden usar para pararse sobre una rama o una hoja, pero no para caminar. Las libélulas son carnívoras y son grandes cazadoras. Cuando una libélula está hambrienta alza vuelo y al ver una presa, mantiene juntas sus patas para formar un tipo de canasta, baja en picada, y la captura usando la mandíbula para sujetarla, sin darle oportunidad de escaparse.

La libélula comienza su vida sumergida en las aguas de arroyos, lagos, ríos y estanques. Sale del huevo y se convierte en larva o ninfa, una libélula jovencita que sigue viviendo en las aguas. Después de un año, sale del agua como libélula adulta. Sus alas húmedas y suaves no le permiten volar de inmediato. Luego de una o dos horas, sus alas se secan y se endurecen.

El autor colombiano Gabriel García Márquez escribió: “La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir”. Si durante este tiempo la libélula no fue depredada, comienza a volar. Algunas lo hacen a una velocidad de hasta 85 kilómetros por hora o más. Durante las semanas o meses que dure su vida, la libélula se mantiene siempre muy ocupada: vuela, caza, come y si es hembra pone huevos. Así me pasé todo el año 2015. Estuve tan ocupada, que tener algo que hacer se convirtió para mi en algo tan natural como respirar.

El año 2016 tiene como animal de poder al búho. El búho ha sido también llamado el Águila Nocturna, ya que es capaz de ver entre las tinieblas. Se relaciona con el ocultismo, por lo que es representado en los dibujos al lado de los adivinos. Su mirada fija, su extraordinaria visión nocturna y su capacidad de girar la cabeza 180º, le confieren la habilidad de verlo todo. Además, el búho ha sido dotado con un agudo oído que le permite detectar el peligro.

Las plumas de las alas del Búho son las más suaves que existen en la naturaleza, permitiéndole volar casi en silencio. Los antiguos beduinos creían que las almas de los muertos tenían forma de pájaro, normalmente de Búho, que sobrevolaba la tumba durante cierto tiempo. Fue el ave de la muerte en Egipto, India, China, Japón, América Central y del Sur. Aún hoy, su ulular se interpreta como presagio de muerte.

Para los griegos, la diosa Palas Atenea (Minerva en Roma) era “la de los ojos de Búho”, ya que se mantiene en vela cuando todos duermen. El búho era su animal sagrado, y representa la sabiduría, la reflexión y el conocimiento que posee la diosa.

Otro mito griego es el del pastor Endimión que enamorado de Selene (la Luna), los Dioses le concedieron el deseo de no dormir. De este modo, podía mantener los ojos abiertos para contemplar todas las noches a su amada. Representa el despertar de la consciencia gracias al poder del amor y la intuición.

El físico judío Albert Einstein dijo: “La única cosa realmente valiosa es la intuición”. El Búho se relaciona con el conocimiento intuitivo, y en su aspecto misterioso es vinculado a la luna. Es el Tótem de los psíquicos y videntes, lo que le ha conferido popularidad como talismán de buena suerte.

En África occidental y en las culturas aborígenes de Australia, consideran al búho como un mensajero de los secretos. Ellos son compañeros de los brujos, chamanes, hechiceros y  videntes, otorgándoles poder en su medicina, tratamientos o rituales.

Para los nativos de Norteamérica, los Búhos son protectores sobrenaturales. Los Hopi los veían como los maestros de la Medicina nocturna, ya que como mensajeros de la oscuridad, los búhos nos guían a través de los misterios de la noche, hasta conducirnos a la iluminación.

La medicina del búho incluye el poder de ver detrás de las máscaras, el movimiento silencioso, la visión aguda, las premoniciones, el enlace entre el mundo oscuro e invisible y el mundo de luz. El búho es el guía para la escucha de la voz inequívoca de la intuición. Se relaciona con la visualización, los sueños, la observación y el discernimiento, manteniéndonos alerta de los peligros y permitiéndonos descubrir la oscuridad nuestra y de los demás.

El politico irlandés Jonathan Swift creía que la vision es el arte de ver las cosas invisibles. Este año ha sido espectacularmente bueno para mi. A veces, dejar ir lo que ha sido bueno puede ser una tarea muy ardua. El autor Paulo Coelho escribió: “El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día”.

Sólo puedo tener un agradecimiento profundo y sagrado por el sacrificio de la libélula. Nunca antes había visto de un modo tan contundente el cambio de energía de un año. Con su muerte, ella me mostró el camino para soltar el 2015, y abrirme al misterioso porvenir. Estoy lista para hacer del 2016 el mejor año de mi vida, y deseo sinceramente que para ti también lo sea. Que cada día del nuevo año la sabiduría te acompañe.