Guatemala. La economía siempre ha sido una de las mayores preocupaciones y uno de los grandes retos de cada presidente guatemalteco, y en el caso de Jimmy Morales no será diferente, ya que la situación microeconómica del país, sumido en la pobreza y sin recursos, puede afectar a su gobernabilidad.

Así lo manifestó hoy a Efe el analista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Avelardo Medina, quien destacó que, a pesar de que los índices macroeconómicos de la nación son “buenos”, la microeconomía, caracterizada por la pobreza, la falta de estabilidad, las diferencias sociales y la baja tasa tributaria, serán el “mayor desafío” del nuevo Gobierno, que tomará posesión el próximo jueves.

La economía guatemalteca ha mantenido durante los últimos años un crecimiento estable del 4 por ciento, pero esta situación no ha repercutido en la sociedad, que sigue arrastrando el lastre de la pobreza, una lacra que afecta a un 59,3 por ciento de la población.

Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Econvi 2014), hecha pública el pasado mes de diciembre, el índice de pobreza extrema de Guatemala se incrementó 7,6 puntos porcentuales respecto al año 2006, lo que supone que el 23,4 por ciento de la población naufraga en esta situación.

Esta coyuntura se debe, entre otros factores, a que Guatemala carece de recursos para hacer frente a las necesidades de la población, como consecuencia de una baja recaudación fiscal, un 10,2 por ciento en 2015; la evasión fiscal, la corrupción o la poca eficacia del sistema tributario, representado por la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).

A juicio de Medina, Morales se encontrará “con las arcas vacías”, un hecho que perjudicará gravemente su gestión durante el mes de enero, cuando debe hacer frente a una serie de pagos obligatorios para los que no hay recursos, máxime cuando la actual Administración le deja una deuda de 3.000 millones de quetzales (casi 393 millones de dólares).

Una reforma tributaria, la conformación del cuadro técnico de la SAT o la adquisición paulatina de letras de tesorería son algunas opciones que tiene Morales para hacer frente a esta complicada tesitura, apuntó Medina, quien incidió en la necesidad de tener liquidez para lograr una buena gestión.

Pero a corto plazo, añadió, “no vemos cómo lo va a resolver”, porque estas medidas pueden tener su efecto a medio y largo plazo, como la adquisición de más deuda.

Según el experto, actualmente Guatemala tiene un 24,7 por ciento de deuda con respecto al producto interno bruto (PIB), un dato que “no es tan asfixiante” y que se podría pensar en aumentar, pero siempre acompañado de mas medidas, como la tan urgente reforma fiscal o la creación de un impuesto para las grandes fortunas.

Esta propuesta, realizada el pasado año por el titular de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), Iván Velásquez, se ve con buenos ojos en el Icefi.

“Es una idea buenísima”, resaltó Medina, aunque reconoció su complejidad, porque el sistema tributario no tiene acceso al patrimonio de cada guatemalteco, por lo que habría que aplicarlo con base en su declaración de bienes e ingresos.

Ante la grave situación económica que atraviesa el país, sin fondos ni siquiera para atender el sistema de salud, el economista destacó el problema de la gobernabilidad, porque la población “ha despertado” y ya no es tan paciente a la hora de ver resultados.

Aunque siempre se ha otorgado “una luna de miel” cuando asume un nuevo Ejecutivo, en el caso de Morales, del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), puede ser distinto, y ese “compás de espera» será más breve porque la sociedad está más vigilante y con disposición de exigir.

“Pueden poner a los mejores ministros -dijo en referencia al nuevo gabinete, del que aún se desconocen los nombres-, pero sin plata (dinero) no se puede hacer nada”, concluyó Medina.

Morales, un derechista de 46 años que antes ejercía como cómico, asumirá la batuta del país el 14 de enero junto a su vicepresidente, Jafeth Cabrera, para un período de cuatro años (2016-2020) tras ganar en la segunda vuelta electoral del 25 de octubre a la socialdemócrata y ex primera dama del país Sandra Torres.