Puerto Príncipe.El presidente de Haití, Michel Martelly, encabezó hoy el acto de conmemoración con motivo del sexto aniversario del terremoto que asoló el país en enero de 2010 y aprovechó la ceremonia para llamar a los haitianos a realizar una transición democrática cuando él abandone el poder.
A 26 días de que el mandatario deba ceder el Ejecutivo a un nuevo presidente, Martelly felicitó al nuevo Parlamento, cuyos miembros fueron validados el pasado domingo, pues este lunes debía quedar oficialmente conformado para dar inicio a la quincuagésima legislatura.
El presidente, en presencia de miembros del Gobierno y los diplomáticos invitados, instó a todos a recordar a las víctimas, a permanecer unidos por un futuro mejor y hacer lo mejor para realizar una transición democrática el próximo 7 de febrero, fecha en la que debe abandonar la Presidencia.
Las palabras del mandatario en una fecha como esta, son un síntoma más de la crisis electoral que vive el país, a doce días de la segunda vuelta de los comicios presidenciales, en torno a los cuales existe gran incertidumbre.
El próximo 24 de enero, y tras dos aplazamientos, los haitianos están llamados a concurrir a las urnas para votar por el candidato del oficialista Partido Haitiano Tet Kale (PHTK), Jovenel Moise, o por el opositor Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana (Lapeh).
Los resultados oficiales de la primera vuelta, que dieron a Moise un 32,76 % de los votos, y el 25,29 % a Celestin, han cosechado infinidad de denuncias de fraude por parte de la oposición, que ha convocado protestas y marchas, sacando a las calles a miles de haitianos en diversas jornadas.
El líder opositor ha manifestado en varias ocasiones que no participará en un proceso que “carecerá de toda credibilidad”, ya que no existen condiciones para volver a las urnas, dado que ni el Gobierno ni el Consejo Electoral Provisional tienen la intención de corregir las “serias irregularidades” que detectó una comisión independiente en la primera ronda del 25 de octubre.
Ayer mismo se reafirmó en su postura tras condenar la validación de los diputados al Parlamento y su inicio de actividad, en la víspera del sexto aniversario del terremoto devastador que acabó con la vida de más 200.000 personas y dejó sin hogar a más de un millón.
Hace seis años las calles de Puerto Príncipe se convirtieron en un campamento, y aunque hoy las tiendas de campaña ya no se ven, la crisis de alojamiento sigue existiendo en las afueras de Puerto Príncipe, un problema del que el nuevo barrio Canaan, a 30 minutos de la capital, es un vivo ejemplo.
Este barrio lo pueblan las gentes que salieron de los campamentos y que carecen de medios para pagar una casa digna, por lo que terminaron construyendo sus viviendas hasta formar el que hoy es uno de los barrios más grandes de Haiti, con una población que supera las 100.000 personas, según cifras no oficiales.
Después de seis años, el país se encuentra en situación precaria, con más de la mitad de la población viviendo en solares y con muy pocas construcciones que respeten las normas antisísmicas; muchos ministerios siguen ubicados en emplazamientos temporales y ni siquiera el Palacio Nacional se ha reconstruido.
Meses después del terremoto, Haiti era el país con mayor presencia de organizaciones no gubernamentales en el mundo, pero actualmente estas entidades abandonan territorio haitiano.
En estos años, las ONG han recolectado más de 10.000 millones de dólares en concepto de ayuda para las víctimas del terremoto, pero la mayor parte del dinero nunca llegó a las víctimas. Más del 90 % de la gente ha salido de los campamentos, pero solo el 6 % lo hizo para habitar una casa digna.
Una de las organizaciones que más críticas ha recibido en los últimos meses por este motivo es la Cruz Roja Americana, que recolectó casi 500.000 dólares pero que en todo este tiempo solo ha construido seis casas para la población.
Esta y otras organizaciones gastan millones de dólares en Haití, pero el alojamiento sigue siendo uno de sus mayores problemas, al igual que el desempleo, como ha recordado el propio Martelly al señalar que afecta a más del 70 % de la población.
El cólera también sigue siendo un importante estigma para el país, ya que el terremoto destruyó muchas infraestructuras que aún no se han reconstruido, dejando a la población en situación de vulnerabilidad ante esta epidemia, que costó la vida a más de 9.000 habitantes.
El Gobierno haitiano declara el 12 de enero como un día de conmemoración y reflexión, una jornada que quedó grabada en la memoria de los haitianos como la más sangrienta en la historia del país.