Buenos Aires, Argentina.- Una exposición en Buenos Aires recorre la vida de Ana Frank a través de una recopilación de los fragmentos más significativos del diario que escribió mientras se escondía de los nazis con su familia y reivindica la importancia del testimonio de la joven, casi un siglo después del Holocausto.
La exhibición “Ana Frank, una historia vigente” es una compilación de textos y fotografías de la joven alemana y de su padre, Otto Frank, quien publicó el famoso diario dos años después de la muerte de su hija, en 1945, así como de algunos objetos que la familia utilizaba en su escondite en un cobertizo en Amsterdam.
Una radio oculta en un libro, los sellos con los que falsificaban documentos de identidad y la estrella de David que los judíos estaban obligados a llevar cosida en la solapa son algunos de los objetos más llamativos de la exposición, que estará disponible hasta el 27 de marzo en la Universidad Católica Argentina.
“Lo lindo de la muestra es que al leerla, pequeños párrafos e imágenes nos llevan durante unos 30 minutos al universo de Ana”, comentó en conversación con Efe la comisaria de la muestra, Cecilia Cavanagh, quien incidió en la vigencia del relato de la joven judía en pleno siglo XXI.
Para Cavanagh, los libros en los que Ana relató su día a día en la clandestinidad sirven para reivindicar que episodios como los que derivaron en la Segunda Guerra Mundial “no se repitan”, en un comienzo de siglo, apuntó, en el que siguen ocurriendo dramas “como la trata de personas, la pobreza o la droga». “Cómo la humanidad puede llegar a causarse tanto dolor a sí misma”, se pregunta Cavanagh, al tiempo que insiste en que las palabras de Frank sirven hoy en día para que reflexionemos sobre el peligro del antisemitismo o de la discriminación, en su opinión todavía muy presentes en la sociedad actual.
En la muestra también hay una réplica de uno de los diarios en los que relató sus días en la trastienda de la fábrica de su padre en Amsterdam, antes de ser capturada por los nazis, quienes la encerraron en un campo de concentración hasta su muerte pocos meses después, a causa de un brote de tifus. Precisamente, fue su padre, Otto, el único superviviente entre quienes se escondieron en el cobertizo, quien halló los diarios y los publicó con el nombre original de “La Casa de Atrás”, un libro que desde entonces ha sido traducido a 70 idiomas e impreso más de 35 millones de veces.
En los 33 paneles que componen la exposición, y que han viajado de Holanda a Argentina gracias a la colaboración con el centro Ana Frank del país, también hay reproducciones de la casa donde se escondía la familia de la joven junto con algunos amigos o imágenes de los inquilinos de aquel cobertizo clandestino.
“La historia de Ana Frank se sigue viviendo de diferentes maneras”, reiteró la comisaria de la exposición, quien destacó además el valor del diálogo religioso presente en los escritos de la joven y que el propio padre también destacó durante su vida. Cavanagh adelantó asimismo que en los próximos meses lanzarán una nueva muestra con el título “Ana Frank, déjame ser yo misma”, que tendrá “una mirada más interna” al mundo personal de la chica durante aquellos años, más alejada del contexto histórico.