Uno de los caprichos de Heliogábalo, emperador romano (218-222), era servir a sus invitados manjares de cera que imitaban a los platos que él degustaba ante los presentes y estos eran obligados, bajo pena de muerte, a simular que estaban comiendo. Su debilidad era la gula y su nombre ha pasado a ser sinónimo de persona con esa misma debilidad.

Cuando el estómago de una persona adulta está vacío tiene un volumen de 50 ml, y al llenarse de alimentos puede dilatarse 80 veces, acumulando hasta 4 litros de alimentos. Es por eso que una persona vomita si ingiere más de esta cantidad.

El estómago se vuelve a vaciar al cabo de unas 4 horas, dependiendo del tipo de alimentos que se hayan ingerido. Los panes y las grasas son los que tardan más tiempo en ser expulsados.

El Zar Nicolás II de Rusia consideró la idea de construir una cerca eléctrica en torno de Rusia y expresó interés en construir un puente a través del Estrecho de Bering.

Alrededor del 1.6% del agua sobre la Tierra es dulce. La mayoría está estancada e inutilizable en forma de nieve y hielo en los polos y en las cimas de las montañas más altas.

El dicho “salvado por la campana” tiene su origen en que hace muchos años a veces se daban por muertas personas que por una catalepsia u otra condición eran enterradas vivas. Al tiempo se descubrían arañazos en los ataúdes, producto de la desesperación de quien se encontraba enterrado vivo, así que se decidió poner una campana en el exterior del féretro unida mediante una cuerda a la mano del supuesto difunto, que en caso de no estarlo podría hacerla sonar para que lo socorrieran desde el exterior y no morir sepultado vivo.