CONSULTORIO ECOLÓGICO

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P. Profesor, se anuncia que comenzó el turismo sostenible de Miches, ¿cree usted que la sostenibilidad puede asentarse en medio de lagunas y un mar de ambiciones?
R. Me temo que nos emborrachemos de turismo y comencemos a traspasar el umbral de lo posible. ¡Ojalá que en Miches no matemos la “Gallina de los huevos de oro, antes de poner el primero”!

Miches tiene todo el derecho y todas las prerrogativas para procurar un turismo acorde con las potencialidades que le brinda su naturaleza envidiable, pero sin perder de vista su extraordinaria sensibilidad ambiental y que, cual zumbador que liba la flor sin dañarle, se ajuste a la fragilidad de su entorno.

Quien conoce a Miches sabe que allí hay un tesoro escondido que los piratas del siglo XVIII no lo pudieron robar y aunque desde los tiempos de la tiranía Trujillista allí se está “lavando oro”, no sabemos si sobrevivirá a la embestida y la voracidad con que actúa un lobo con piel de oveja, llamado “turismo sostenible”.

Todavía tenemos fresco en la memoria cuando Nelson García (Exdirector Nacional de Parques), rechazó una oferta irresistible de una empresa minera puertorriqueña para explotar “sosteniblemente” el oro contenido en el lodo de Caño del Negro, por la entrada occidental de la laguna Redonda.

De igual manera estuve allí junto a Venecia Álvarez cuando empresarios canadienses hicieron propuestas indecentes para el cultivo de Crassostreas sp. con fines de exportación, en el manglar de Boca de Celedonio e iguales pretensiones, pero en el área turística, para el desarrollo de una marina de “alto lujo” en el mismo lugar, cuando se inició el pillaje y total exterminio del Área Protegida de Costa Azul, cuyos manglares, lagunas y aves migratorias fueron sustituidos por campos de golf y por hoteles, los más antiguos asentamientos precolombinos de La Hispaniola (cultura ígneri) de El Morro de Macao y las paleo-dunas de Punta Gorda.

Junto a Julio Cícero, meritísimo hombre de ciencia, y al dasónomo Servio Sosa, delimitamos la Reserva Científica de Lagunas Redonda y Limón (1983), los ojos verdiazules del porvenir de Miches, pero actualmente, gracias a la Ley 202-04, está fragmentada y su suerte bailando entre la ambición y la bolsa turística. Hoy como ayer, estamos al lado de Conatura para que el manto del turismo de Miches no arruine su tacita de oro y alcance para sus legítimos dueños, el pueblo dominicano.

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