Al periódico Hoy han llegado denuncias y quejas de oficiales y clases de la Policía Nacional que por antiguedad en el servicio y méritos académicos esperaban ser ascendidos el pasado 27 de Febrero y se quedaron con la cara larga y completamente frustrados, pero estoy seguro de que el portavoz policial, el general Máximo Báez Aybar, encontrará la forma de explicar esa “injusticia”, al decir de los afectados. Porque si se atrevió a justificar, con su eterna sonrisa y su “fuerza de cara”, como dicen los españoles, los “méritos acumulados” del pelotero de Grandes Ligas Robinson Canó para merecer el ascenso a primer teniente conque fue favorecido, no debería tener ningún problema en explicarle a los inconformes porqué no se les metió en el globo si les tocaba participar en el sorteo. Nadie ignora que desde hace tiempo se dice que en la Policía el que no se “cantea” no sube de rango, y aunque el actual jefe policial, el mayor general Nelson Peguero Paredes, declaró públicamente a su llegada a la institución que se acabó la corrupción que rodea los ascensos (curiosamente, Guillermo Guzmán Fermín prometió exactamente lo mismo cuando se juramentó en el cargo en el 2010), es difícil creer que una práctica tan arraigada, que ya es parte de la “cultura” del cuerpo del orden, desaparezca de un día para otro. No estoy insinuando, Dios me libre, que eso ocurrió con los 4,500 miembros de la institución ascendidos por el presidente Danilo Medina, y mucho menos que Robinson Canó, que hace un par de años firmó un contrato por 240 millones de dólares con los Marineros de Seattle, tuvo que pagar para ser ascendido a primer teniente y recibir un “sueldo cebolla” de RD$15,000, pero el risueño portavoz policial debería explicar con mas detalles en qué consisten sus “méritos acumulados”, aunque solo sea para que tantos verdaderos policías que hoy se sienten frustrados sepan qué mas tienen que hacer para recibir el ascenso que alegan les corresponde desde hace años.