Hoy 
4:30 de aquella tarde luminosa: Con el sol a su costado vimos sobrevolar a aquel avión en hora y rutas anormales, al norte de Bonao sobre la montaña de Blanco rumbo a Tireo. Mi corazón de adolescente sobresaltándose, feliz me dijo, llegaron! La épica inconclusa había comenzado llevándome en ella para siempre.
Constanza, Maimón y Estero Hondo, son tres puntos geográficos del territorio nacional glorificados por la acción conmovedora del patriotismo revolucionario insurrecto contra la tiranía del capitalismo primario del trujillismo aún existente, aliado al colonial.
En aquel tiempo, sin más alternativas que las armas y la inmolación, aquellos hombres optaron por ellas para despertar el espíritu oprimido del pueblo dominicano, que en poco tiempo derrocaría la más sólida figura dictatorial de todas las muchas habidas en el Continente.
Aunque en aquella acción por las libertades, los derechos individuales, la justicia social, el desarrollo económico y la democracia todos los participantes murieron, en combate, torturados y fusilados, torturados y encarcelados, sobreviviendo muy pocos como Mayobanex Vargas y Vargas, Poncio Pou Saleta, Medardo Germán, Delio Gómez Ochoa; su sacrificio y el eco mudo de sus ideales vivos, repercuten aún y continuarán haciéndolo mientras el programa del 59 siga vigente y sus principios en el cesto de gobernantes depredadores y sin méritos.
Honrar a los héroes y a los mártires es compartir, completar y superar sus obras y poder nombrarlos desde la altura de su dignidad.
Honremos este 14 de Junio del 2009 a los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero Hondo, emulándolos como es necesario en el más puro ideal y desinteresado patriotismo. Su ejemplo nos guiará cuantas veces sea necesario liberarnos de situaciones sociales, políticas o éticas vergonzantes.
A los 50 años del episodio más noble de nuestra travesía, hagamos o participemos de pequeños actos comunitarios o domésticos, en los que se reafirme nuestra descendencia política del ideal, la acción y el ejemplo del 14 de Junio; el que debe encarnarse de alguna forma en nuevas políticas y dirigentes, y en otra naturaleza de gobierno, Estado y sociedad.
