14 de junio forense

14 de junio forense

Era una tarde de junio de 1959 de un día laborable, probablemente a comienzos de la última semana del mes y debían ser las dos y media cuando nos encontrábamos en la parte frontal del liceo secundario del municipio de Imbert.

Contaba apenas con 14 años de edad cuando mis ojos vieron desfilar unos jóvenes atados de manos y descalzos, custodiados por soldados fuertemente armados con rifles y ametralladoras.

Los prisioneros eran paseados por el pueblo al tiempo que se oían ráfagas de disparos al aire producidas por los militares. Pena y rabia era lo que aquel  doloroso espectáculo provocaba en mi alma adolescente. Se trataba de los expedicionarios de Maimón, perseguidos y capturados por el ejército cuando trataban de internarse en las lomas cercanas a Bajabonico.

Cinco décadas más tarde nos encontraríamos con los restos esqueléticos de algunos de los combatientes que habían sido trasladados al Museo del Hombre para fines de identificación.  En esa ocasión se tomaron las muestras para realizar estudios de ADN cuyos resultados finales desconocemos.  Aquellos mártires  henchidos de patriotismo ofrendaron sus vidas en aras de liberar a los dominicanos de la tiranía opresora, pretendiendo sustituirla  por un régimen democrático en donde imperara la  justicia social.

Aprovechando la gloriosa fecha del 14 de Junio quisimos hacer un balance de la casuística de mortalidad en la juventud dominicana durante lo que va de año en el Instituto Nacional de Patología Forense. Caídos en las calles de Santo Domingo a consecuencias en su mayoría de heridas por armas de fuego hemos contado  436 decesos, a los que se suman 54 suicidios. Solamente en los primeros catorce días de junio registramos 11 suicidios, para una media de casi una muerte diaria.

Estos hechos de sangre obedecen a razones criminales en el caso de los homicidios y a graves crisis depresivas agudas en quienes optan por quitarse la vida. ¡Cómo cambian los tiempos! Ayer la sangre se derramaba luchando por la libertad y el bienestar de una población cautiva. Ahora la sangre la donan adolescentes cuyos cerebros han sido diezmados por las drogas, el ocio y la falta de educación y oportunidades.

Algo hay que hacer y hay que hacerlo pronto puesto que se trata de un cáncer que está invadiendo todo el cuerpo social de la nación. Negar esa realidad o tratar de justificarla a través de sofisma puede resultarnos muy caro a mediano y largo plazos. Dicen que no hay ciego peor que aquel que no desea ver, ni sordos peores  que aquellos que no les interesa oír.  Corresponde a todos ayudar a corregir lo que está mal, haciendo lo que nunca se ha hecho. ¿Qué es lo que nunca se ha hecho? Poner los intereses del todo por encima de los intereses de las partes.  Gobernar pensando en la mayoría de la población con políticas que mejoren la educación, la salud, los ingresos de la familia, así como llevar confianza y seguridad a toda la ciudadanía.

La nueva gestión de gobierno debe usar la linterna de Diógenes para encontrar a esos hombres y esas mujeres dispuestos a servir y no a servirse del pueblo. Rescatemos las esencias de la gesta heroica del 14 de Junio. ¡Gloria eterna a sus héroes!

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