POR ODALIS MEJIA
Alrededor de 15,000 haitianos trabajan en la industria de la construcción de la zona Punta Cana-Bávaro, mientras  se estiman en 3,000 los que residen en esa región, informó Ernesto Veloz, presidente de la Asociación de Hoteleros y Proyectos Turístico de la Zona Este, quien dijo que esos extranjeros se han  apoderado de importantes espacios.

 Veloz expresó que cuando una obra termina el haitiano no se va sino que busca alojamiento, lo que ha creado unos cordones de miseria en el área, situación que dice  debe ser controlada por las autoridades de la Dirección de Migración.

Dijo que los haitianos han tomado tanto auge en Punta Canta-Bávaro  que comprenden  el 80% de los motoconchos y que en el  poblado La Otra Banda que típicamente sus gentes se conocían como “los patas blancas” por su piel clara han desaparecido, siendo sustituidos por “los patas negras”, o mejor dicho los haitianos.

Veloz informó además que un grupo de haitianos se ha insertado en áreas de  recepción y  animación de los hoteles gracias a que hablan  francés  y precisamente  los turistas franceses representan el 8% de los visitantes. Aunque explicó que estos últimos empleados llegan a  través de programas de intercambio con universidades haitianas.

Otro punto importante de la migración haitiana, resaltó Veloz, es que cuando los haitianos cobran no dejan nada en la zona, sino que llevan sus recursos a Haití y cuando regresan traen “al primo, la mujer y al hijo”, lo que implica una carga mayor que  afecta a los hoteleros en muchos aspectos.

Señaló  que la presencia de haitianos es tan grande en Punta Cana que existen servicios de autobuses que vienen desde Haití a recogerlos cada 21 días  cuando cobran su  salarios.

En cuanto al pago de la mano de obra haitiana y que alegadamente es más barata que la local, de acuerdo a Veloz esto no se real en Punta Cana y Bávaro, donde dijo los haitianos cobran  entre RD$350 a RD$500 por jornada diaria.

Veloz manifestó que los haitianos que no laboran en las construcciones depredan, construyen carboneras y se meten a la delincuencia, ya que el haitiano que ahora viene al país no tiene las mismas características  pacíficas que los que llegaban hace algunos años.

Dijo que cada vez que han llevado las quejas a las autoridades, éstas alegan “que hay mucha presión internacional y que hay que llevar las cosas un poco suave”.

Informó que los hoteleros han auspiciado la creación de una oficina de Migración, aunque expresó que los haitianos que trabajan en las obras son carnetizados de manera particular por los hoteleros como medio de control y para evitar que sean apresados por la Policía Turística.

Agregó además que a los haitianos se les hacen controles sanitarios atendiendo a que en Haití la malaria es endémica, por lo que se ha creado un “cordón” y en  cada entrada del hotel hay un médico pagado por los dueños de la obra y la constructora que examinan y medican a esos extranjeros como medida preventiva.

Ahora bien, Veloz advirtió que los hoteleros no pueden asumir ese saneamiento en la  zona externa a los hoteles porque eso le corresponde al Estado. No obstante, informó que los hoteleros   fumigan en las comunidades.