El Acuerdo histórico sobre el cambio climático que se firmó en París, por 195 naciones el 12 de diciembre de 2015, por el cual estos países se comprometen a mantener el calentamiento global en este Siglo, muy por debajo de los 2 grados centígrados e impulsar medidas e inversiones para un futuro bajo en emisiones de carbono, resiliente y sostenible.
Este Acuerdo había sido firmado por el ex presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama; sin embargo, el actual mandatario Donald Trump, ha hecho que su país, el segundo contaminador mundial se retire del Acuerdo, uniéndose a Siria y Nicaragua como los únicos no signatarios.
No obstante la meta global de un 2%, se trata de lograr un límite de 1.5% como una línea de defensa más segura frente a los peores impactos del cambio climático. El mayor problema para lograr este objetivo, es el de buscar recursos económicos que compensen a los países industrializados en la reducción que según Laurent Fabius, presidente de la COP 21, la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático y Ministro francés de Asuntos Exteriores: “las naciones se han unido para abordar al problema más serio al que se enfrenta la humanidad”.
Lograr que todos los países del mundo entiendan la gravedad que significa la emisión de gases carbonos en la atmósfera, ha sido calificada por el antiguo Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, como: “la primera vez, que cada país del mundo se ha comprometido a reducir sus emisiones, reforzar la resiliencia y unirse a una causa común para actuar juntos por el clima. Este es un rotundo éxito para el multilateralismo”.
De su parte, Christina Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), expresó: “Un planeta, una oportunidad de hacerlo bien y lo hicimos en París. Hemos hecho historia juntos. Este es un acuerdo de convicción. Es un acuerdo de solidaridad con los más vulnerables. Es un acuerdo de visión a largo plazo y debemos hacer de él, el motor de un crecimiento seguro”.
El mayor problema para el cumplimiento de este Acuerdo, es que este Acuerdo no contempla medida coercitivas para los violadores del mismo, que de seguro serán los países más desarrollados y con mayor número de industrias. Podrían sancionar provisionalmente a los países incumplidores con medidas restrictivas no pecuniarias, pero a lo largo, si no hay una voluntad política de los países mayores expulsores de gases tóxicos, el Acuerdo corre el riesgo de no cumplirse, sobre todo si no tiene el apoyo y consenso del país más poderoso e industrializado del mundo, ahora con un Presidente controversial, que puede dar al traste con cualquier convenio en tal sentido.
Esta semana se inicia la Temporada de Huracanes en el Atlántico. Según el vaticinio de la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET), ocurrirán doce tormentas tropicales de menor actividad que las registradas en el año pasado. De ser cierto, es un gran alivio para la población dominicana, que se ha visto afectada por vaguadas tropicales, sobre todo en la Costa Norte, que han causado más daños que los ciclones que hemos sufrido en años anteriores.
ONAMET ha pronosticado que la temporada ciclónica que se avecina, será menos intensa que la del 2016, por la incidencia de El Niño, que se vislumbra como más débil. Esto es una buena noticia para los habitantes de las provincias que han estado durante mucho tiempo con alertas rojas y amarillas. En nuestro caso, podemos afirmar que los grandes aguaceros y deslizamientos de tierra en los meses pasados en la Costa Norte, nos hicieron más daños en las plantaciones de café, cacao y aguacates, que los verdaderos huracanes o tormentas tropicales, ya que los fuertes vientos huracanados que acompañaron a los intensos aguaceros, tumbaron las flores que debieron convertirse en frutos. ¡Ojalá esta vez, la Naturaleza se apiade de nosotros!