La presencia de la responsabilidad social en el entorno empresarial o corporativo siempre ha sido un tema abordado desde diferentes miradas por distintos personajes de la economía, el marketing y la administración. Por ejemplo, para algunos intelectuales las empresas no son socialmente responsables cuando invierten el dinero de sus accionistas en actividades de carácter social. En esta línea de pensamiento se encuentra el Premio Nobel de Economía de 1976 y defensor de la doctrina sobre el libre mercado, Milton Friedmam, el cual sostenía que la responsabilidad de las empresas solo debe limitarse a generar utilidades.
Para el liberal Friedman, la única responsabilidad social de los gerentes es aumentar al máximo las utilidades obtenidas por la empresa para sus accionistas, destacando además que el comportamiento socialmente responsable es más propio de las personas que de las organizaciones. Desde una mirada menos radical que la de Friedman, Preston y Post (1981), entendía que las empresas deben considerar las consecuencias de sus acciones, pero no están obligadas a resolver todos los problemas de la sociedad, apenas en las áreas relacionadas con su actividad e interés. Durante el transcurso evolutivo de la Responsabilidad Social Empresarial se aprecian diferentes reflexiones conceptuales en torno a los objetivos y funciones de ésta práctica. Por ejemplo, una mirada crítica y actualizada al respecto es la sustentada por María Blanco, autor de la obra: “Las tribunas liberales”. Para ella, la empresa que disfruta de un entorno estable debe algo a dicho entorno y ha de devolverlo por motivos éticos. Blanco considera que las empresas socialmente responsables son las que crean y mantienen empleos dignos y decentes