Los proyectos de mayor inclusión social en la historia del país son La Nueva Barquita y Domingo Savio, que conectarán con 30 barrios del Gran Santo Domingo a través del Teleférico, los autobuses de la Omsa y el aquabus, que funcionarían como rutas alimentadoras del Metro.
A esa conclusión llegaron Domingo Contreras, Jesús Díaz y Jahel Issa, durante la conferencia magistral “Revitalización urbana: instrumento de promoción y equidad del territorio; caso la Barquita y Domingo Savio” organizado por el Instituto Global de Altos Estudios en Ciencias Sociales (Iglobal).
Contreras, director General de Programas Especiales de la Presidencia (Digepep) consideró que la mejor riqueza e inclusión social es la generación de espacios públicos en el territorio para que la gente interactúe, se deleite, estudie, practique deportes y respire aire descontaminado.
Indicó que pocos residenciales de Santo Domingo cuentan con los niveles de espacios públicos e inclusión social que tiene el proyecto Nueva Barquita, tanto para adultos como para niños y jóvenes.
Expresó que no es solamente la vivienda como tal, sino todo el entorno con escuela de Tanda Extendida, parque de recreación, amplias aceras para caminar, estancia infantil, instalaciones deportivas, espacios para bicicletas, estacionamiento para vehículo, entre otras facilidades.
Indica que para garantizar la salud y el medio ambiente, por cada habitante se recomiendan 11 metros de área verde, lo que es superado por mucho en La Nueva Barquita.
Informó que en la mayoría de los barrios de la circunscripción número tres, la zona Norte del Distrito Nacional, la media es de 0.30 centímetros de área verde por cada ciudadano, lo que va en contra de todos los parámetros de salud.
Contreras destacó otros proyectos que ejecuta el Gobierno como el Riito en La Vega y la Mesopotamia, en San Juan de la Maguana, donde se toman en cuenta la vulnerabilidad, pero también se incorporan elementos de inclusión social.
De su lado, Jesús Díaz, deploró el concepto actual de desarrollar proyectos sin tomar en cuenta el contenido social, lo que ha cambiado a partir de La Nueva Barquita, lamenta que exista una realidad de producción de viviendas, no de hacer ciudad, que implica tener espacios para el desarrollo humano.