La seguridad nacional es la acción del Estado mediante la cual éste crea las condiciones para garantizar a sus ciudadanos libertad, protección ante agentes externos e internos que puedan crear climas que vulneren principios constitucionales tales como soberanía, independencia, autodeterminación, entre otros componentes distintivos de la nación.
La felicidad ciudadana está muy relacionada con la seguridad nacional y en el caso dominicano esta relación se torna mucho más vinculante, ya que el hecho de ser República Dominicana un país geográficamente pequeño, geopolíticamente estratégico y compartir la misma isla con la nación más pobre del hemisferio, hace de esta tierra caribeña un punto atractivo para el narcotráfico, crimen transnacional, migraciones irregulares, etcétera.
La seguridad nacional debe ser abordada en países como República Dominicana priorizando el control absoluto de sus fronteras marítimas, áreas, terrestres y hasta digitales si es necesario.
La frontera terrestre del país con Haití es de aproximadamente 388 kilómetros, del mismo modo tenemos algo menos de 1,300 kilómetros de costas. Controlar esos espacios, así como el aéreo, sacaría males de nuestras calles que hoy parecen vencernos como nación. Por ejemplo, la cantidad de drogas que maneja el microtráfico en República Dominicana es introducida por una de esas fronteras previamente señaladas, claro está, la cooperación de autoridades siempre será detonante para que este tipo de males germinen y en nuestro territorio.

Igual situación se nos presenta con el tema de las armas de fuego, pues la nación se encuentra saturada de las mismas, sin embargo, nuestro país ni produce droga, ni fabrica armas de fuego. Ambas penetran por nuestras fronteras, por lo cual hasta no impedir su ingreso a República Dominicana, estaremos viendo cómo estos elementos dañan la seguridad nacional y la seguridad ciudadana.