DESCARGA DE IRA

DESCARGA  DE IRA

Si eres una persona que actúa a la defensiva con frecuencia, expresas los mensajes en tono abrupto, con ademanes y palabras hirientes, juzgas, condenas y etiquetas fácilmente. Si además estás al pendiente solo de los errores del otro, piensas que todo lo que hace la otra persona está mal, justificas el mal trato, te cierras, no escuchas ni toleras la disidencia y sufres estallidos emocionales frecuentes. ¡Pues, debes revisar tu conducta!
Todas estas actitudes describen que eres un individuo muy agresivo. Este comportamiento puede ser bastante nocivo para tus relaciones familiares, sentimentales y laborales.
Los especialistas de la conducta humana la describen como una interacción social a menudo perjudicial, que tiene la intención de infligir daño a otro. Puede ocurrir en represalia o sin provocación.
De acuerdo a diversas investigaciones, se ha llegado a la conclusión de que la agresividad es una emoción, en su mayor parte aprendida, experimentada de forma subjetiva y manifestada a los demás de forma rápida, espontánea y sin reflexión previa.
Generalmente aparece como reacción a alguna situación que la persona percibe como injusta. La manifestación de agresividad en una persona es la consecuencia de su propia frustración o de la interpretación de lo ocurrido como algo negativo.
La intensidad de esta emoción puede variar desde sentirse molesto, enfadado, a tener un estallido de agresividad producto de un una emoción más intensa, como la rabia o la ira.
Es importante aclarar que cualquier situación puede generar un comportamiento agresivo, siendo más relevante que el suceso en sí mismo, la interpretación que la persona pueda realizar del mismo.
Los comportamientos de los otros, así como los nuestros propios, pueden hacernos actuar de forma agresiva según la interpretación o valoración que hagamos de ellos.
Causas. De acuerdo con la psicóloga Rossella Pierina Ferreras, las causas de la conducta agresiva son tan variadas como los modos en que se manifiesta la agresión.
Indica que las principales son: trastornos psicológicos, estado físico, drogas ilícitas, fármacos recetados y los trastornos del desarrollo.
La causa más común resultan ser los trastornos psicológicos. Si bien cualquiera de estos trastornos puede causar agresión, los más frecuentes suelen ser: la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno por déficit de la atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) y el trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Respecto al estado físico, sostiene que las personas con antecedentes de migrañas, accidentes cerebrovasculares, epilepsia y diabetes pueden ser más propensos a desarrollar comportamientos agresivos.
Manifestaciones. La terapeuta afirma que la agresividad puede manifestarse en cada uno de los niveles que integran al individuo: físico, emocional, cognitivo y social.
“En cuanto a lo físico, el individuo lucha con manifestaciones corporales explícitas; en lo emocional la agresividad puede presentarse como rabia o cólera, manifestándose a través de la expresión facial y los gestos; mientras que en el aspecto cognitivo se presenta como fantasías destructivas y elaboración de planes agresivos y, en lo social, es el marco en el cual, de una manera o de otra, toma forma concreta la agresividad”, explica la doctora, quien labora en Terapia Boutique.

Repercusión social. El comportamiento agresivo puede afectar tanto la relación con uno mismo como la relación con todos lo que están alrededor de un individuo.
“La agresividad y la violencia daña la integridad de la persona, impidiéndole tomar conciencia de lo sucedido, frenando su proceso del desarrollo psicoemocional y causándole dificultades para establecer una expresión abierta con otros seres humanos”, dice la doctora Ferreras.
Apunta que en caso de que una persona conviva con alguien de comportamiento agresivo, debe tratar de tener siempre una buena comunicación con él, manejar la ira y la frustración y sobre todo, ser muy paciente.

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