Un teniente del Ejército de República Dominicana mató a su pareja y luego se suicidó de un disparo en la cabeza, en un hecho ocurrido en el residencial Carmen Renata III, sector Pantoja, Santo Domingo Oeste, donde los residentes no salen del asombro, pues la mayoría no sabía de la relación ni nunca observaron inconformidad.
El hecho ocurrió ayer alrededor del mediodía cuando la profesora Mirelis Pérez Urbáez, de 38 años de edad, fue al apartamento del oficial Secundino García, de 53 años y este le hizo varios disparos en distintas partes del cuerpo y luego se disparó en la cabeza. Las causas aún se investigan, pues la pareja no vivían juntos.
Los cuerpos permanecían anoche en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) del hospital Marcelino Vélez, en Herrera, donde fueron llevados pasadas las 4:00 p.m., después que el médico legista certificara su muerte. El hecho causó gran revuelo entre moradores, que apenas escucharon el estruendo de los disparos y los gritos de la mujer asesinada.
Parientes de Pérez Urbáez, profesora de educación inicial en el Centro Educativo Fe y Alegría del sector Pantoja, dijeron que en varias ocasiones ella se había quejado porque García la acosaba.
Afirmaron que no sabían de que entre ambos existiera una relación estable, sino todo lo contrario, sí tenían conocimiento de que Pérez repudiaba a García, quien estaba asignado al Merca Santo Domingo y que cuando esta se dirigía al trabajo le perseguía.
Pérez deja en la orfandad a cuatro niños, mientras que García dejó a tres hijos huérfanos, entre estos dos menores de edad.
Ambos tenían poco tiempo de estar separados de sus parejas, con quienes habían procreado varios hijos.
Entre parientes, amigos y vecinos existe la confusión sobre el por qué y cómo llegó Pérez Urbáez, quien vivía en el sector Pantoja, llegó a la casa donde residía García, pues estaba en horario de trabajo, ya que las labores en el Centro Educativo Fe y Alegría empiezan a las 8:00 y terminan a las 5:00 de la tarde.
Familiares y amigos de García lo consideraban incapaz de cometer tal acción y lo definían como un hombre amable y feliz.