Fueron sepultados ayer en el Cementerio Puerta del Cielo los restos de Ángel Salvador Forastieri Toribio, el médico de 86 años que fue ultimado a puñaladas el martes, en la Ciudad Colonial.
Sus parientes y amigos lamentaron el hecho, criticaron la inseguridad pública y exigieron justicia.
Además afirmaron que la sociedad ha perdido a un filántropo y un hombre noble, cuya misión era atender a los pobres.
Forastieri Toribio nació en Salcedo, hoy provincia Hermanas Mirabal, y ejerció la medicina durante décadas. Fue militante del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, y después fue diputado del Partido Revolucionario Dominicano.
Tuvo cinco hermanos y seis hijos: Salvador Forastieri Cabral y Celso, Teresa, Dana, Rosellini y Lourdes Forastieri Salcedo.
Para su primo Rolando Forastieri Sanabia, el facultativo era un hombre desprendido y servicial, dado a los pobres y desposeídos.
Bienvenido Sánchez fue su amigo de infancia y lo evoca con gratitud. La razón es que el fallecido era el médico de sus hijos, a quienes atendía con todo empeño.
Belkis González, sobrina del hoy occiso, concibe el crimen como un hecho terrible, pues le arrebató la vida a un filántropo.
Henry Acosta lo recuerda como “un soñador revolucionario” que daba consultas gratuitas a los pacientes pobres.
El crimen, dijo, se lleva a uno de los mejores ciudadanos y es “un trágico ejemplo de la inversión de valores” que vive la sociedad.
Acosta no confía en el sistema judicial, y por eso promueve “una transformación radical de toda la institucionalidad del país”.
Su llamado es a la juventud para que asuma una participación activa en la lucha contra los flagelos que azotan a la sociedad.
Otro que expresó su pesar fue José Antonio González, para quien el fallecido era un hombre “muy caritativo y dinámico en la política”.
Jaime Enrique Fernández también expresó su pesar: “todo lo que hizo en su vida fue bien”.
Forastieri Toribio fue velado en la Funeraria Blandino de la Capital.