Lima– El futuro del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski está una vez más en manos de un Congreso dominado por la oposición, que decidirá este jueves si acepta discutir una moción para destituirlo, tres meses después de que fracasara un pedido similar.
En la jornada el Congreso inició por la mañana (local) la sesión plenaria en la que resolverá si acoge a discusión la moción de «vacancia» presidencial. Si la admite, será debatida y votada un día de la próxima semana, ocasión en que el mandatario, asistido por un abogado, podrá hacer sus descargos.
Kuczynski, un empresario y banquero de derecha de 79 años, es acusado de haber mentido sobre sus vínculos con la cuestionada empresa brasileña Odebrecht.
La amenaza de «impeachment» ha generado incertidumbre en el país anfitrión de la Cumbre de las Américas a realizarse en abril, a la que asistirá el mandatario estadounidense Donald Trump y una treintena de gobernantes americanos. Hasta el venezolano Nicolás Maduro ha dicho que acudirá a este cónclave, aunque Lima lo eliminó de la lista de invitados.
Dos partidos minoritarios de izquierda lanzaron la moción para declarar la vacancia del cargo por «incapacidad moral» después de que Kuczynski indultó al expresidente Alberto Fujimori la pasada Navidad. Sin embargo, la moción presentada finalmente al Congreso hace una semana no menciona el indulto, sino únicamente las «mentiras, engaños y graves conflictos de interés» de Kuczynski frente al escándalo de fondos otorgados por la constructora brasileña Odebrecht.
El cambio del motivo -el indulto por el caso Odebrecht- permitió que la moción consiguiera el apoyo del partido Fuerza Popular (derecha populista), la mayor fuerza política del país, que lidera Keiko Fujimori, la hija del exgobernante.
Silencio del vicepresidente. «Yo me voy a defender y no renunciaré», dijo Kuczynski la semana pasada, afirmando que su «conciencia está limpia» y que no se dejará vencer por «traidores».
Para ser admitido a debate, el pedido contra el presidente debe recibir el voto de por lo menos 52 de los 130 miembros del Congreso unicameral peruano. Si Kuczynski finalmente es destituido, corresponde constitucionalmente que asuma el poder el primer vicepresidente de Perú, Martín Vizcarra, quien ejerce como embajador en Canadá.
El oficialismo esperaba que Vizcarra manifestara su intención de no aceptar el mando, algo que ya prometió la segunda vicepresidenta y jefa de gabinete de Kuczynski, Mercedes Aráoz, pero sin embargo el diplomático ha guardado silencio.
Si ninguno de los dos vicepresidentes asume el mando, lo debe hacer el presidente del Congreso, Luis Galarreta, quien tendría que convocar a nuevas elecciones. Este escenario no lo desea ningún partido en momentos de desprestigio de los políticos por los escándalos de corrupción ligados a Odebrecht.
El temor a comicios adelantados juega a favor de Kuczynski, pero el silencio de Vizcarra lo hace en su contra, según los analistas.
«En el Ejecutivo fueron imprudentes con su insistencia en obtener declaraciones de Vizcarra a favor del presidente'», declaró el analista político Arturo Maldonado al diario El Comercio. Kuczynski ha estado en el ojo del huracán desde que en diciembre Odebrecht reveló que hace una década había pagado casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a él mientras era ministro.
Hasta entonces el mandatario había negado todo lazo con la constructora. Odebrecht admitió que hizo aportes de campaña en 2006 y 2011 a los últimos cuatro ocupantes del sillón presidencial peruano, incluido Kuczynski, y a Keiko Fujimori. Todos ellos lo niegan. La primera moción de destitución fue impulsada por el partido de Keiko.
Fue debatida y votada el 21 de diciembre, pero fracasó por la sorpresiva abstención de 10 legisladores fujimoristas encabezados por Kenji Fujimori, hermano de Keiko. Tres días después, Kuczynski indultó a Alberto Fujimori (1990-2000), medida interpretada como retribución a Kenji.
Aunque se desconoce si la nueva moción cuenta con apoyo para ser eventualmente aprobada, hay analistas que dudan que Kuczynski pueda mantenerse en el poder hasta el fin de su mandato, en 2021.
«No creo que el presidente Kuczynski llegue, de ninguna manera, al final de su mandato», dijo a la AFP el sociólogo y analista político Fernando Rospigliosi. Un sondeo de la firma Ipsos reveló el domingo que el 58% de los peruanos cree que Kuczynski debe ser destituido, contra un 37% que estima que debe seguir hasta 2021.
Para destituirlo se necesitan 87 votos en el Congreso. La moción anterior fracasó al cosechar sólo 69.