Cuando los Bills de Buffalo lograron clasificarse a los playoffs en la pasada temporada de la NFL, las miradas apuntaron a Seattle y a su franquicia de béisbol.
Los Marineros heredaron en enero una condición angustiante: quedaron con la credencial del equipo con la ausencia más prolongada en la postemporada en las cuatro principales ligas deportivas profesionales en Norteamérica.
No compiten en los playoffs desde la campaña del 2000, aquella en la que fijaron un récord de las Grandes Ligas al ganar 116 juegos y eventualmente sucumbir ante los Yanquis de Nueva York en la serie de campeonato de la Liga Americana.
La sequía es de 16 años, logrando el porcentaje de .500 en seis oportunidades. Olfatearon los comodines en 2014 y 2016, pero nada. Tampoco es que se han quedado de brazos cruzados. Invirtieron 240 millones de dólares en el contrato de 10 años que le dieron al segunda base Robinson Canó previo a la temporada de 2014. Romper el ciclo adverso apremia más que nunca.
«Hemos estado muy cerca un par de veces», dijo Canó. «Así es la vida, son cosas del béisbol. Pero lo que yo sé es que tenemos un excelente grupo de jugadores, gente que sabe hacer lo suyo en este deporte». Sin embargo, los Marineros están atrapados en un punto medio.
Veteranos como Canó, Félix Hernández y Nelson Cruz, con sus millonarios contratos, les acorazan para sostenerse como candidatos. Pero, ¿con qué posibilidades reales? Lo que se intuye es que tienen el carburante para atrapar uno de los dos wildcards pero que no están para tumbar de su trono a los Astros de Houston, vigentes campeones de la Serie Mundial que el año pasado ganaron la División Oeste con una ventaja de más de 20 juegos. Seattle (78-84) compartió la tercera plaza con Texas, ambos 23 partidos atrás.
EL PRONÓSTICO ALENTADOR Todo el temor por la inestabilidad de su rotación abridora resulta injustificado. A sus 31 años, Hernández logra evolucionar como un pitcher más avezado tras perder la aureola dominante del pico alto de su carrera entre 2009 y 2015.
Es posible que James Paxton pueda dar el paso para erigirse como un auténtico as y mantenerse sano toda una temporada. Que Mike Leake, más los zurdos Ariel Miranda y Marco Gonzales rindan como piezas complementarias. Edwin Díaz lidera un bullpen que no es exigido más de la cuenta.
Ya sea por lesiones o inefectividad, Seattle fue el equipo que más lanzadores empleó el año pasado con 40, incluyendo a 17 en la función de abridor. Y los Marineros acaban de perder al relevista David Phelps por el resto del año, tras someterse a una cirugía Tommy John.
La producción ofensiva que aporta el trío dominicano conformado por Canó, el bateador designado Cruz y el torpedero Jean Segura seguirá en alto nivel. EL PRONÓSTICO PESIMISTA Todo lo contrario a lo de arriba, con un declive pronunciado de Hernández, más la posibilidad que Canó (35 años) y Cruz (38 en julio) sientan los efectos del paso del tiempo.
Se repite además el decepcionante 2017 del tercera base Kyle Seager (su promedio al bate de .249 fue el más bajo de su carrera). ¿Y qué tal si el regreso de Ichiro Suzuki (44 años) solo sirve para evocar los lindos recuerdos de la década pasada, cuando el japonés se aburrió de hilar temporadas de 200 hits, una tras otra? El manager Scott Servais no sobrevive la temporada.
Los experimentos vía canjes, los Marineros cuentan con un nuevo jardinero central y un primera base. Pero ambos estarán cambiando de posiciones. Dee Gordon arribó procedente de Miami, donde llegó a ganar un Guante de Oro en la intermedia. Ryon Healy viene de Oakland, donde se desempeñó principalmente en la antesala.
El fichaje más sobresaliente en la agencia libre fue el del relevista dominicano Juan Nicasio para ser el preparador de mesa del puertorriqueño Díaz.
Servais está convencido de que tiene la ofensiva suficiente y un bullpen con garantías, pero la rotación es el enigma. Y ahí la clave dependerá mucho de Hernández «Si Félix puede darnos las 25 aperturas o más que nos dio en 2016, nos irá bien. Si Félix nos da las 16 o menos, como ocurrió el año pasado, vamos a tener que rendir cuentas», afirmó Servais.