El traslado de la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén ha sumado más violencia y muertes en la ya sufrida Franja de Gaza. En el acto, la hija del presidente de EEUU Donald Trump, Ivanka, inauguró la sede diplomática, y mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, hacía gala de un bello discurso, Gaza se desangraba. Una verdadera carnicería de un filme apocalíptico. Los gritos de condenas no se hicieron esperar: el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, la Unión Europea, líderes latinoamericanos, de Asia… llamaron a frenar la barbarie protagonizada por Israel.
Una historia de ocupaciones.- La Franja de Gaza y Cisjordania forman los llamados “Territorios Palestinos”. Tiene 41 kilómetros de largo y entre 6 y 12 de ancho. Situada al suroeste de Israel y el noreste de la Península del Sinaí, Gaza formó parte del “Mandato Británico Palestino” entre 1917 y 1948. Luego de la partición de Palestina en 1947, Gaza quedó bajo control árabe, después fue ocupada por Egipto, y el 1967, tras la “Guerra de los Seis Días, de vuelta al yugo de Israel. En 1994 se firmó el Acuerdo de Oslo y la Autoridad Nacional Palestina recibió el 80% del territorio.
Una cárcel a cielo abierto.- En la actualidad, Gaza es un semillero de dos millones de personas hacinadas, desempleadas, y cercadas por tierra, aire y mar. A excepción de unos conductos que la comunican con Egipto, Israel controla la salida y entrada de Gaza, en donde un 90% de la población depende de las ayudas extranjeras. Un analista resaltaba que Gaza no es un poblado, sino una cárcel a cielo abierto. Sobre la última matanza, cuyo detonante han sido los festejos de los 70 años de la fundación de Israel y el traslado de la embajada de EU, es bueno saber que israelíes y palestinos se disputan Jerusalén. Y Trump y los aliados de Israel lo saben. Masacres como la recién ocurridas alejan los intentos de paz de la zona.