Acercándose a los dos siglos de existencia, la República Dominicana hace un alto hoy, 27 de Febrero, para rendir homenaje a los forjadores de esta patria que motiva orgullos a sus hijos, que se sacrificaron dando mucho de sí, incluyendo bienes y hasta la vida, por una nación que tras obtener la independencia, luchó gloriosamente para deshacerse de otro yugo extranjero y de ignominias dictatoriales de la propia cuna una vez más.

Con heroicidades para cada momento tras la emancipación de 1844, se ha ido cumpliendo el vaticinio de líricas notas de que los dominicanos jamás volverían a ser siervos, ni aun a causa vergonzosa de que la iniquidad estalle en su propio suelo.

La patria es sacrificio. Ser víctimas de nuevas formas de dominación, de lastres sociales e injusticias, han retado continuamente a las generaciones, con tropiezos que reclamaron más esfuerzos para incorporarse.

La edificación de un país de plenitud es proyecto de largo plazo, de eterna vigilancia y constante renovación.

Del ideario legado por Juan Pablo Duarte, y de los ejemplos de todos nuestros heroicos antepasados hasta tiempo reciente, emana la luz imperecedera que compromete a no desmayar contra las adversidades de diferentes naturalezas.

Sería la forma de lograr que los dominicanos del futuro se sientan tan orgullosos como nosotros. No permitir que la sangre haya sido derramada en vano es la primera obligación ciudadana.

El diablo está en los detalles

El conocido refrán anglosajón parece que da en el clavo cuando se repara en la insuficiencia de dictar medidas macro al no vigilar el cumplimiento de leyes y políticas que a pesar de las buenas intenciones que las muevan, resultan frágiles o se desnaturalizan en su aplicación directa sobre cualquier área de servicio social. Viene a ser que la ejecución de directrices con estricto seguimiento pasa a ser más determinante que la buena fe de gobernantes.

Para prueba basta un botón: quince mujeres relataron las vicisitudes y hostilidades vividas en «casas de acogida» creadas para salvarlas de la violencia homicida de machistas en un país de muchas agresiones al sexo opuesto.

Sitios -según sus testimonios- carentes de condiciones donde se les humillaba. Organismo promete soluciones algo tardías, aunque más vale tarde que nunca.