En la edición del jueves 28 de junio de Hoy, se ilustra el artículo del buen amigo Andrés L. Mateo, titulado “La carta de Juan”, con una gráfica en la que Bosch tiene ceñida la banda presidencial. Es interesante porque Bosch nunca usó esa banda, ni siquiera en el acto de su juramentación como Presidente.
La única vez que la usó fue en ocasión de su viaje oficial a México, a invitación del presidente López Mateo.
Bosch no tenía banda y usó eso como pretexto para no ceñírsela, pero finalmente debió rendirse ante el rigor del protocolo azteca que tenía programado una actividad en la que Bosch y López Mateo saludarían a la multitud en la plaza del Zócalo, desde el balcón del despacho presidencial. Bosch accedió a colocarse una banda confeccionada a prisa por el Gobierno mexicano.
Nunca se supo que fue de esa banda, si quedó en México o la delegación del presidente Bosch la trajo consigo. Bosch fue derrocado dos semanas después.
Dos destacados periodistas e intelectuales acompañaron a Bosch en el viaje, Francisco Comarazamy, de El Caribe, y Federico Henríquez Gratereaux, del Listín Diario. Federico escribió sobre este incidente que no tuvo mayores consecuencias, a pesar de que Bosch, que no daba su brazo a torcer, declinó recibir una condecoración que le había otorgado su colega mexicano.
Yo narro extensamente estos hechos en mi libro “El golpe de Estado”, que tiene ya siete ediciones, pero muy pocos dominicanos de esta generación conocen esos aspectos y actitudes de la personalidad del líder del PRD y luego fundador y líder del PLD. Si consideras que es un buen tema podría enviarte mañana antes del mediodía una historia más completa. Fue el único viaje de Bosch al extranjero como Presidente.

Afectuosamente,
Miguel Guerrero