El próximo domingo 27 de febrero, la República Dominicana cumplirá un año más de ser independiente, gracias a Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco Del Rosario Sánchez, que juntos a hombres y mujeres valientes lograron darnos la nacionalidad, aquella noche del 1844.

178 años de historia, donde ha sido gobernada por 67 presidentes, desde Pedro Santana que fue investido en noviembre de 1844 por decisión de la Junta Central Gubernativa,hasta el actual, Luis Abinader, juramentado el 16 de agosto de 2020.

Hemos avanzado, pues como nación joven, al igual que la mayoría de los países de Latinoamérica, nos ha tocado tener varios procesos de dictadores como Ulises Heureaux (Lilís) y Rafael Leónidas Trujillo.

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Hoy, el país vive una democracia desde el 30 de mayo del 1961 con el ajusticiamiento de Trujillo, pero, para alcanzar el nivel de desarrollo que tiene naciones de miles de años, nos falta voluntad de Estado.

Nuestra República Dominicana debe iniciar con ser una sociedad más colaboradora con el Estado; sabemos que un país tiene que suplir a sus ciudadanos de políticas públicas esenciales, como salud, educación y seguridad.

¿Pero los ciudadanos contribuyen a que el Estado tenga esas garantías?

Cuando la proporción de ocupados formales en el mercado laboral dominicano se ubicó en 42.3%, y la de los informales en 57.7%, es decir, que en este aspecto nos toca mejorar.

Si tenemos la voluntad de hacer posible contribuir al Estado, creo que podemos exigirle más a nuestros gobernantes, porque como sociedad, seríamos veedores de los gastos de nuestro presupuesto.

Está bien claro que aún nos falta mucho para ser una sociedad avanzada, pero si los empresarios y políticos inician con estos cambios, pienso que, a largo plazo, iremos alcanzando estas metas.

Cuando la sociedad entienda que contribuir al Estado con los impuestos, nos hace más independientes y, a la vez, observadores de los gastos, y críticos de las inversiones públicas.Hemos avanzado como sociedad, pero nos falta mucho, somos una nación joven y debemos ir madurando, para que el desarrollo llegue a nosotros.