Pensando días atrás en la niñez y los grandes e inolvidables momentos de esa época, pareciera que fue ayer, pero realmente acumulado con unos cuantos años. Lo más importante en nuestra vida es asegurarnos de que hayan sido plenamente vividos conforme la edad. Y ese debe ser uno de los propósitos más importantes en nuestra vida, el de alcanzar la plenitud, lo cual implica un equilibrio fantástico que nos permite tener control emocional en medio de prácticamente cualquier escenario.
El punto más alto de un plan de desarrollo personal es lograr la plenitud, donde ya hemos alcanzado la suficiente madurez y autodominio para sentir que nuestra vida está completa. La plenitud es un enorme aprecio por la vida, y se logra esa paz cuando el poder espiritual ilumina nuestros actos, pensamientos y sentimientos.
En nuestras familias suele suceder que vivimos muchos años compartiendo con familiares como son: tíos, sobrinos, hermanos, primos, abuelos, pero con el pasar de los años cada individuo toma su rumbo y no necesariamente se han separado del núcleo familiar, simple y llanamente han tomado el rumbo en busca del éxito a título personal.
Cierto es que la unidad familiar es indispensable para mantener vivos esos recuerdos, esos momentos invalorables. Son de gran crecimiento en las familias realizar reuniones cada cierto tiempo para actualizarnos los unos a los otros, encender en el presente nuevamente esos días que vivimos, reírnos unos con los otrosa través del compartir. Es normal que a menudo sintamos cierto miedo cuando vislumbramos que los años van pasando, y al mismo tiempo tememos por aquellos que no han llegado.
La vida tiene sus momentos diversos, pero estamos llamados a vivirlos a plenitud y con alegría, independientemente de lo que estemos pasando siempre hay posibilidad de mejora para nuestro entorno y el de nuestros familiares, aquí lo más importante no son los años sino la vida, y esa calidad emocional y espiritual lograda dependerá mucho de nuestra actitud frente a la experiencia vivida, es más fructífero sumar vida a los años que años a la vida y esto se logra iniciando por las pequeñas cosas que la mayoría de las veces consideramos sencillas e insignificante pero que a la larga, son el pilar de la esencia de la felicidad.
No nos quedemos sosegados en las cosas que no hemos podido lograr, disfrutemos al máximo lo que tenemos y que otros muchos no tienen y otros nunca tendrán, lo que vivimos, lo que comemos, lo que vemos, lo que degustamos, lo que tocamos, lo que podemos escuchar, y en fin como dice la canción siguiente atribuida al compositor cubano llamado René Touzet e interpretada por varios artistas, dice:“Oye, abre tus ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas que tiene la vida…. Un descanso en el camino, una botella de vino,un suspiro, una mirada, una alegre carcajada, una cara en el espejo, un amigo, un buen consejo.Un viaje en barco o velero, aunque no llegues primero. Un caballito herrero, que no corra por dinero, un palmar, un riachuelo, un pedacito de cielo…
En fin, es tan solo vivir a plenitud cada momento y cada segundo.