1842: Los matrimonios del terror

1842: Los matrimonios del terror

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Luego del terremoto de 1842, en La Vega se realizaron 60 matrimonios en tan solo 23 días, que fue el lapso de tiempo dispensado por Portes; entre febrero y el 7 de mayo solo hubo 7 matrimonios.
Un dato curioso es que, al analizar los datos y estado civil de los contrayentes, se descubre que, de los primeros 15, hay 13 matrimonios con al menos uno de los contrayentes viudo que casaban de nuevo. Entre los viudos dispensados estuvo Santiago Guzmán, bisabuelo de Antonio Guzmán, expresidente de la República, quien casó el 12 de mayo: “Santiago Guzmán, viudo de María del Pilar Medrano, con María Natividad Román, hija legítima de Pedro, difunto y de María Mota”.

A partir del 21 de mayo casaron Manuel De Jesús Tejada y María Concepción De Bargas; Rufino De La Rosa y Gabriela Miranda; Tomás Laureano y Patricia María; Yldefonso Suriel y Antonia Hilaria; Francisco De La Mota Amézquita y María Reynoso; Rafael Hernández y Rita Mendoza; Severino De Los Santos y Lorenza Del Rosario; José Antonio Pérez y Feliciana Capellán; Ysidro Polonia y Micaela Polinario; Francisco Ureña y María Arcángel; Manuel José y Josefa Gimenes; Nicolás Abreu y Juana López; Tomás De Los Santos y Juana Fabián; José Graciano y Andrea Gómez; Tomás Gómez y Ramona Muñoz; Pedro Gil y Norverta Quezada; Ygnacio Alejo y Nicolasa Alberto; Lorenzo Muñoz y Manuela Seballos; Ysidro Muñoz y Andrea Restituyo; Ramón Martínez y María Ventura; Juan García y María Del Carmen Rosa; Bernardino De La Cruz y María Altagracia Gervacia; Antonio Ferreira y María Altagracia Damián; Diego Ventura y Tomasina Del Rosario; Felipe Fabián y María Eusebia Ramírez; José Antonio Núñez y Felipa Veloz; Pablo Paulino y Luysa Del Rosario; Juan Crisóstomo y Clara De Los Santos; Tomás Roques y Lucia Marte lo hicieron el 31 de mayo.

En Santiago, el padre Domingo Antonio Solano y toda la población abandonaron la ciudad ante el temor al terremoto y se establecieron en Hoya del Caimito; no hay constancia de los matrimonios por haberse quemado los archivos en 1863, durante la guerra restauradora. En Moca, extrañamente, no se registraron dispensas ni un aumento de matrimonios. En San Francisco de Macorís no se registró ni un matrimonio en mayo ni junio. En Puerto Plata ni en los municipios de la Línea Noroeste existen registros. En San José de las Matas no hubo registros por falta de párroco en ese momento.

En definitiva, estos matrimonios patentizan el temor que provocó el terremoto en los habitantes de la parte este de la isla, muchos alejados de la Iglesia durante el gobierno haitiano. Ante esta tragedia, es claro los sacerdotes aumentaron su poder, respeto e influencia. Siendo algunos de ellos separatistas, su influjo sobre esas “ovejas” que volvieron al redil católico coadyuvó acaso con la causa de la independencia.

Instituto Dominicano de Genealogía

 

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