A pesar de las muchas limitaciones que a diario enfrenta la franja poblacional de escasos recursos, sus representantes sacaron tiempo y espacio para compartir la celebración de las festividades navideñas con sus seres queridos. Una muestra de esto se vivió ayer en el barrio de Villa Consuelo, donde con poco se hizo mucho en el Día de Navidad.
En un recorrido hecho por HOY, en la populosa barriada enclavada en el corazón del Distrito Nacional de la ciudad de Santo Domingo, se pudo observar como algunos grupos de personas de diversas edades diseminados por las calles, decidieron a diferencia de la gran mayoría, no dormir y esperar los primeros rayos de sol entre música y bebidas.
“Compartir en un coro sano, sin dañar a nadie”, fue la expresión en común que de manera espontánea se escuchaba. Algunos con los párpados caídos producto de “no acatar el llamado hecho a los brazos de Morfeo”, reflejaban su emoción mientras bailaban indetenibles su salsa, bachata, merengue o dembow que a todo volumen le impregnaba vida al entorno, entre aquellos que decidieron prolongar la fiesta hasta ayer 25 de diciembre.
“En verdad la hemos pasado bien, de maravilla, gracias a Dios entre familia. Esto no se trata de que la situación está difícil; todos los años es lo mismo, pero hay que pasarla entre familia. Compartimos con la gente del barrio, sin problemas y los recibimos con una sonrisa”, dijo Salvador Espinal, mientras sostenía su vaso con whisky y escuchaba salsa de Yiyo Sarante junto a Nobel Herrá y otros familiares en la Manuela Díez esquina Manuel Ubaldo Gómez.
El reloj marcaba las 9:40 de la mañana, todavía la brisa fría de la noche anterior se paseaba por el sector, pero un grupo de ocho jóvenes entre juka, cervezas y ron compartían lo vivido sentados en un mueble que colocaron en la acera al lado de la bocina, revelaron que desde el jueves no han parado su “bonche”.
“Aquí todo ha pasado en disfrute, gozadera y todo tranquilo, todo chévere. La economía es lo que no está buena; solo está buena pa’lo políticos, después pa’lo pobre usted sabe que aquí no hay na’, pero uno debe disfrutárselo como sea”, reconoció Luciano Trottman, con una sonrisa y con el swing del típico dominicano bonachón que pulula por Villa Consuelo.
La pintoresca frase “aquí ta’mo to’ rulay” emanada del glosario callejero, surgieron para describir lo que sentía Eddy Ramón Decena, quien también compartía en el grupo sin todavía haber desayunado como lo expresó entre carcajadas.
El Gobierno no se salvó. Las críticas al Gobierno del presidente Danilo Medina no se hicieron esperar, pues según explicaron, es el responsable de tener difícil la situación económica.
“El dinero ta’lento; el Gobierno lo tiene to’, pero la fiesta no se puede parar por eso”, dijo el dueño del local donde los muchachos compartían, ubicado en la calle Daniel Henríquez esquina Ramón Cordero, detrás del Hospital de Los Billeteros.

Otros como Manuel Antonio Joy y Roberto Torres, decidieron abrir el baúl de su carro y “tomarse unos traguitos”, con menos estridencia y sin exigirle al cuerpo la amanecida. “Los tiempos han cambiado y la edad hace a uno reflexionar”, dijo Manuel Joy sentado en la calle Francisco Núñez Fabián.
Otros sectores exhibieron el mismo panorama que el de Villa Consuelo.
1. Tránsito escaso y mucho patrullaje policial
Pocos vehículos se vieron transitar por la barriada de Villa Consuelo, como casi en toda la capital, lo que facilitaba el desplazamiento por las calles, mientras las unidades de la Policía Nacional estaban muy activas en su operativo, patrullando sin descanso, para garantizar que todo marchara en el debido orden.