1855: Defendiendo su mercado laboral

1855: Defendiendo su mercado laboral

A veces, la historia, como un testigo mudo, le recuerda a los países de la región su lucha por proteger el mercado laboral para sus nacionales, resultando interesante recordar como Haití, allá por los años de 1855, mantenía un diferendo con Inglaterra y otras islas del Caribe, en relación con el predominio de comerciantes extranjeros que operaban sus negocios en dicho país, en perjuicio de sus nativos.

Haití, por ley, prohibía a los extranjeros ejercer el comercio al detalle.

En aquellos años de 1855, Haití requería a los comerciantes extranjeros de una Licencia del Emperador para poder ejercer, respondiendo su gobierno a las presiones de los comerciantes jóvenes haitianos que señalaban que la competencia de los extranjeros, en varios sectores del comercio y en algunas profesiones era perjudicial para el desarrollo de los nativos.

En esos años gobernaba Faustino I, Emperador de Haití (1849 – 1859).

La queja  de los comerciantes nativos de Haití se sustentaba, frente a sus autoridades en que los mismos no tenían acceso al crédito, su reducido capital de trabajo, lo que no permitía su desarrollo frente a la competencia de los comerciantes extranjueros, que sí tenían de sus metrópolis de orígen acceso al crédito, contaban con capitales, se enriquecían en Haití y luego se retiraban de ese país.

La queja sin embargo de los comerciantes y aún del Gobierno de Haití, no se limitaba sólo a los comerciantes ingleses, sino que incluía también a los nacionales de Guadalupe y Martinica que ejercían el comercio en Haití, sin Licencia para la ejercer la profesión, ya que se confundían con los propios haitianos.

Dicha queja contra los comerciantes extranjeros se extendió incluso contra los nativos de Jamaica y Barbados, los cuales fueron sancionados con multas por ejercer el comercio sin la Licencia.

El diferendo entre Inglaterra y Haití sobre el mercado laboral llegó a un punto tal que el primer país cuestionó, por qué a un nativo de Jamaica, llamando Joseph Hill, se le negó la renovación de una licencia de carpintero, respondiéndose luego que el Emperador habría ordenado la renovación de la referida Licencia.

En el intercambio de notas diplomáticas, Inglaterra dejó constancia de que supuestamente le atribuía esa campaña contra los extranjeros al Canciller del Emperador, el General Delvas. 

En un censo que se hizo en el año 1855 en Haití, los datos arrojaron que existían 21 Casas de Comercio, las cuales empleaban 78 haitianos y 22 extranjeros.

Ahí están las lecciones de la historia de cómo Haití defendía su mercado laboral.

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