Cosas del país

Cosas del país

El padre de Don Carlos Guillermo Estrella Rosario lo enseñó desde pequeño a comer frituras, seca, crujiente, dorada, y en su etapa de vendedor profesional, ya siendo adulto, cuando llegaba a un pueblo preguntaba en cual negocio cocinaban la mejor habichuela, y cuando iba al lugar indicado, almorzaba, degustaba un postre, usualmente un dulce sabroso, lo que le permitió educar y fortalecer la capacidad para valorar el sabor de los alimentos mediante el sentido del gusto.
Aunque siempre agradeció lo que aprendió de su padre Guillermo Estrella, quien fue comerciante y pelotero profesional que jugó con los equipos Leones del Escogido y Tigres del Licey, Don Carlos no imaginó que años después se convertiría en un empresario emprendedor cuando creó la red de tiendas “Cosas del País” que operan en los supermercados Nacional y Agora Mall.
“Cosas del País” es un negocio compartido en familia. Guillermo Antonio, se ocupa de la tienda que opera en el Supermercado Nacional de la avenida Núñez de Cáceres, Cáceres y Fátima Argentina se encarga del negocio que opera en Agora Mall. Los otros hijos (ocho en total) escogieron estudiar medicina, Derecho y música.

Frituras y chivería “Aspiro a tener un gran negocio en el que los clientes puedan disfrutar de todas la frituras del mundo y una chivería”, porque, la ciudad de Santo Domingo no tiene un lugar donde se pueda disfrutar de un buen chivo guisado.
Para poder emprender y darle continuidad a Cosas del País uno necesita pedirle a Dios que te de salud y poder seguir encontrando esas personas que hacen lo que yo hago: vendo, lo que comercializo. Sin embargo, afronto el problema del asedio de instituciones gubernamentales que no me dejan respirar, específicamente la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
Me gustaría que la DGII envíe un inspector para que verifique si es verdad lo que yo digo, porque no tengo posibilidad ni siquiera de comprar un talonario para hacer una factura. No puedo engancharme en ese negocio, que es todo criollo, autóctono, echo a mano, y le facilite a los clientes un comprobante fiscal cuando yo le cobre un 18 por ciento, cuando ellos (los suplidores del campo) no me lo están cobrando. Sin embargo estamos involucrados en este negocio en un centro comercial, con todas las exigencias, y yo tengo un nombre que está ahí, adentro, y eso me arrastra, y vienen a molestarme.
He pensado incluso en quitar el negocio, porque es un hostigamiento constante. Yo tengo que viajar frecuentemente. Esa es mi desventaja. ¿Por qué a los sindicalistas hay que darles un incentivo? Yo nunca he recibido un incentivo en 27 años. Nunca me han regalado dos galones de gasolina. He pensado seriamente cambiar el nombre del negocio y en lugar de Cosas del País le pondría Lo que queda del país”.

Cosas del país

“Yo tuve tres discotecas en la zona colonial, negocios en los que la gente iba y le gustaba el ambiente. Esa idea me la dio un amigo mocano. Transcurría el tiempo y un día transitaba por una carretera y caí en cuenta de que en la capital no había un negocio pequeño que vendiera las cosas esenciales que quedan todavía en los pueblos. A partir de ese momento acogí como buena y válida esa idea, empecé a tomar notas, y busqué un local pequeño en la zona colonial. Coloqué el nombre del negocio: Cosas del País.
Lo primero que hice fue viajar a El Seibo a buscar mabí seibano, después fui a Moca a cargar con todo lo que había en la panadería Rosaura, seguí para Santiago donde Milito y traje la butifarra. Después me trasladé a Santiago Rodríguez y busqué casabe con maní, conseguí dulces en bloque con raspadura de melao, con naranja y cajuiles.
Así fui buscando a nivel regional todo, absolutamente todo lo que se hacía y me di cuenta de que esa gente que trabajaba día a día para sobrevivir tenía más de 60 años y si yo no los incentivaba, si no me sentaba a hablar con ellos, si no le buscaba la forma de que ellos tuvieran gas y azúcar para fabricar dulces, si no le facilitaba la materia prima, yo no iba a poder mantener este negocio. Y me dediqué a eso. Ya tenemos 27 años con sus noches en este negocio
¿Se siente satisfecho por haber alcanzado este sueño? Don Carlos responde, sin titubeos: Del sueño salí hace rato. Alguien me criticó en una ocasión porque comenté que Freddy Beras Goico me dijo que éste era un negocio romántico, y además, si yo le sacaba beneficios. Respondí que el problema no es ese. ¿Te gusta le levantarte a las 4:00 de la madrugada? ¿Te gusta viajar por una carretera maltrecha y hay un charco de agua sucia y no quieres cruzarlo? ¿Y si hay que cargar seis puercos asados en una yipeta para trasladarlos de una zona remota hasta Santo Domingo?.
“Cosas del País” es un negocio de relaciones, según Don Carlos, y lo dice por experiencia porque lo primero que aprendió es que al transcurrir de los años la garantía que tenido es cuando se acaba un producto no lo cambia por otro. “Si haces un conconete, una piña con coco piñonate y se acaba, prefiero decir que no hay y espero que a las mujeres se les sane la gripe o que los empleados vengan de pasar las navidades, todo para tener frutas frescas.

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