CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Soraya Lara de Mármol

Pregunta del lector: Quiero ser un buen padre y tener una buena relación con mis hijos. Hago grandes esfuerzos por participar en los cuidados y la educación de ellos,pero mi esposa no deja de resaltar cuando me equivoco en determinadas tareas propias del cuidado materno. Asume una actitud sarcástica y me critica frente a nuestros familiares y amistades. ¿Qué me recomendaría?

Respuesta de la terapeuta: El cuidado de los hijos ha estado delegado exclusivamente en las madres por razones sociales, económicas, políticas y de carácter religioso.
En el fenómeno de la naturaleza y su evolución, la hembra es la que ha llevado a la cría en el vientre y desde el momento de la gestación la está cuidando en la vida intrauterina. El apoyo y el cuidado de la pareja-padre favorece el bienestar de ambos.
Al nacer la criatura, el padre, si forma parte del núcleo familiar, formará parte de esa estructura parental que se constituye también en fuente primaria de cuidado, protección, seguridad y amor para la criatura recién nacida.
El modelo de relación padre-recién nacido en muchas parejas ha cambiado; los padres se integran con mayor participación en las actividades parentales, cuidadoras y bien tratantes.
Es una ganancia para la cría y el padre que se encarga de crear un vínculo afectivo cercano, cuidador y protector. El niño inicia su proceso de integrar la figura del padre e incorpora las sensaciones agradables que también transmite.
El cuidado de los hijos ha estado relegado a las madres quienes se han ocupado desde el periodo de la sociedad caza-recolectora de cuidarlos mientras los hombres se iban a cazar. Así se ha mantenido en la generalidad de las sociedades, pero muchos hombres han comenzado a cambiar este rol.
Las madres han desarrollado competencias y habilidades especiales en el ejercicio de la crianza, han estado disponibles para este tipo de cuidado. Pero esto, gradualmente, en occidente se ha iniciado un proceso de cambio en el que los hombres jóvenes se incorporan al cuidado y con buena calidad en las interacciones con sus hijos.
No se detenga por estas críticas. A los hombres tomará más tiempo ser aceptados en estas funciones parentales nutricias; se trata de desarrollar competencias y que las madres cedan el espacio para integrarlos.
Así como las mujeres desarrollaron habilidades para la crianza, los hombres pueden desarrollarlas si se incorporan.

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