RD exhibe la dudosa reputación se constituirse en el segundo país del mundo con más muertes por accidentes de tránsito solo superado por la diminuta isla Nieu, Pacífico, l,l22 habitantes, debido a la incompetencia de los varios organismos que intervienen en el flagelo, AMET, INTRANT y Policía Nacional, tres adefesios inservibles.
Esos tres organismos plagados de anomia y corrupción deben fundirse en uno solo, con personal nuevo y competente, auxiliado no con armas que disparan, sino con el arma de la ley, aplicada, que no se aplica, por nocivos y condenables apelativos conectados con la corrupción y el vagabundismo.
Un porciento conectado con el uso del alcohol, indica la mayor ocurrencia de la pandemia, que cada año mata a unos tres mil individuos, muestra del aserto, en diciembre 990, seguido por abril 975 y marzo 960, estadísticas de 20l2.
Las cercanías de los centros de consumo de alcohol no son monitoreados por patrullas policiales, y si lo hacen identificando a un sujeto que muestra incoherencia verbal, con un billete de RD$200 resuelve el impasse, y así no es posible controlar la epidemia de muertes.
Resurge en estos días el debate en relación a despenalizar el uso de marihuana con fines médicos o recreativos alegando su perjuicio, pero resulta que el consumo mundial de drogas mata a medio millón de personas, el tabaco mata a siete millones, inclusive 800 mil no fumadores, el alcoholismo mata a 3.3 millones, ambos permitidos, las drogas, que reporta menos muertes, se prohíbe.
Despenalizar las drogas de todo tipo es un derecho prohibido que genera menos muertes que el alcohol y el tabaco, y permitir el uso de las drogas eliminaría las pandillas, la corrupción, y el crimen.