Guatemala.- Cada día en Guatemala 135 menores sufren agresiones, 31 de ellas ataques sexuales. La situación es “alarmante”, dado que el 85 % de los casos ocurren en el entorno familiar.
Y cada año se registran más de 10.000 denuncias de violaciones sexuales, pero por cada dos casos que se reportan ocho no se hacen públicos. “Es una cifra negra”, asegura Vinicio Zuquino, del Movimiento Cristiano contra la Violencia hacia la Niñez (MOCVIN).
Solo en lo que va de 2019 un total de 1.812 menores han sido víctimas de violencia sexual y eso “es alarmante”, sostiene Zuquino, cuyo movimiento participa en la iniciativa «40 días por la niñez” en Guatemala.
Lo más “alarmante” es que el 85 % de los casos ocurren en el círculo familiar donde conviven los niños, dice el religioso al hacer un llamamiento a todos los sectores para “alzar la voz” y así poder frenar este flagelo que “esta destruyendo la vida de los menores».
“Todos necesitamos levantar los brazos para parar la violencia, sobre todo la sexual, que produce heridas irreparables”, afirma Miguel Cortés, de la organización Fe y Alegría.
Esta institución, junto a MOCVIN, World Vision, Alianza Evangélica y la Red Global de Religiones por la Niñez (GNRC) participan en la iniciativa que intenta poner fin a las agresiones contra la niñez y la adolescencia en Guatemala. Durante 40 días, que empiezan a contar desde este miércoles, las organizaciones celebrarán eventos públicos, foros y actividades digitales para poner en evidencia los “alarmantes” abusos contra los menores.
Una de esas acciones se realizará el próximo viernes en conmemoración de las 41 niñas que murieron quemadas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, un centro que estaba bajo la responsabilidad de la Secretaría de Bienestar Social (SBS) de la Presidencia de Guatemala.
Otras 15 quedaron con graves quemaduras. Las niñas, asegura Mónica Ramírez, de World Vision, “estaban siendo abusadas y no podemos seguir con un sistema que no protege a la niñez». Y esta época de reflexión coincide además con la Cuaresma, para intentar crear conciencia en la población de que la violencia contra los niños no es normal.
“Los 40 días son una oportunidad para que seamos en Guatemala uno solo en favor de los niños». «¿Cuántas niñas no están dando a luz?”, se pregunta con cierta ironía Marilis Barrientos, directora en Guatemala de World Vision. Y aún más “preocupante” es que muchas de esas agresiones sucedan en los hogares, donde el niño debería estar feliz. Sentirse protegido.
Seguro. Según las estadísticas del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (OSAR) conocidas por Acan-Efe, los embarazos de niñas entre 10 y 14 años, producto de violaciones, aumentaron un 44,6 % en 2018 en relación a 2017. Es decir, 2.153 casos frente a los 1.488 del año anterior.
Pero las estadísticas no se quedan ahí. Durante 2017 se registraron 51.110 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años embarazadas, pero en 2018 se reportaron más de 73.000. Lo “lamentable”, asegura a Efe Victoria Alvarado, de la Red Global de Religiones por la Niñez (GNRC), es que la mayoría de casos quedan en la impunidad.
“Necesitamos levantarnos para lograr una sociedad diferente y cambiar lo que está sucediendo porque estamos viviendo en un contexto deplorable”, alerta Juan Manuel Medina, de la Alianza Evangélica de Guatemala.
El panorama para la niñez guatemalteca, según las organizaciones religiosas y sociales, es “desalentador». Y por ello el próximo 14 de abril, cuando finalicen estos 40 días de reflexión, realizarán un ayuno de 12 horas como punto y seguido para pedir que se frene la violencia, sobre todo la sexual, en contra de los más pequeños.
La iniciativa también se realiza en México, El Salvador y Honduras porque junto a Guatemala “es el área más peligrosa del mundo para la niñez”, asegura Ninfa Alarcón. Pero también en otros países de la región como Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, República Dominicana y Haití.