La decisión del Comité Político de solicitar a la JCE que la escogencia de los candidatos del PLD se haga a través de primarias “semi-abiertas”, que aparentemente derogó la decisión de los mas de 600 miembros del Comité Central que en octubre pasado votaron por aclamación por las primarias abiertas, enfrenta un gran obstáculo: ese método no está contemplado por la Ley de Partidos, que solo habla de primarias abiertas y cerradas, no de algo intermedio ni de invento parecido, como pretende ahora la cúpula peledeísta. Y que conste que no lo dijo un político de la oposición ni un francotirador de la sociedad civil sino el diputado peledeísta Elpidio Báez, mas cerca del presidente Danilo Medina que del expresidente Leonel Fernández. “Un particular, en este caso los partidos políticos, no puede tomar una decisión contraria a la Constitución ni a las leyes, porque las leyes no son votadas, ni pueden ser alteradas, por los partidos”. Se supone que en la JCE, organismo al que la nueva solicitud del partido oficial le complica aún mas la de por sí compleja tarea que tiene por delante, serán capaces de ver y entender lo que, luego de las declaraciones del legislador, se aprecia con tanta claridad, pero como ya quiso hacer con el financiamiento de las primarias no puede descartarse que pretenda volver a acotejar la ley o buscarle un bajadero conveniente y “práctico”. Que lo haga la cúpula peledeísta, que de tanto gobernar “con todos los poderes” ha terminado creyéndose que la Constitución de la República, así como el Estado dominicano y sus instituciones, están al servicio de sus intereses se entiende perfectamente, porque así actúan quienes dirigen un Partido-Estado como el que nos gobierna. Pero sería fatal para esta democracia, en permanente estado de construcción, que el organismo electoral se pliegue a esa voluntad de dominio y control que si sigue por el camino que va terminará en dictadura del siglo 21.