Efectivamente, el pasado año China acogió su primera Exposición Internacional de Importaciones ofreciendo un escenario para que empresas del mundo presentaran productos y servicios a disposición de las necesidades de importación del empresariado chino. Hablar del mercado chino es referirnos al país que ocupa el primer lugar en Paridad del Poder Adquisitivo – PPA – (indicador que mide la sumatoria de los bienes y servicios que produce una economía referidos al valor monetario en otra economía), la segunda economía por volumen del PIB, el más grande exportador mundial y también consumidor y segundo importador.
Es una economía que buena parte de su excepcional éxito descansa en la extraordinaria eficiencia que logra en la asociación entre las empresas públicas y privadas. El poderoso sector no estatal de la economía es responsable del 50% de los ingresos fiscales, de más del 60% del PIB y el 80% del empleo. Además ha estado aportando un 70% de la innovación tecnológica. El empresariado estatal se concentra, esencialmente, en las industrias básicas y pesadas.
En la versión inicial de la Exposición de Importadores celebrada en noviembre de 2018 en la ciudad de Shanghái, centro neurálgico de la economía china, – a la cual asistió el presidente Danilo Medina – participaron más de 170 países procedentes de los cinco continentes además de agencias internacionales así como más de 3600 empresas – unas 300 de América Latina – y 400 mil compradores. Las transacciones alcanzadas durante la actividad ferial fueron de 57.8 miles de millones de dólares. El área de exposición se extiende por unos 300 mil metros cuadrados. Se trata de una nación con 1300 millones de consumidores con la clase media más vasta del planeta la cual prevé un nivel de importación de más de 10 y 30 trillones – millones de millones – en 5 y 15 años respectivamente. China ha reducido su arancel medio a 7.5%, inferior al de la mayoría de las economías en desarrollo. Para las autoridades chinas las exposiciones de importación iniciadas en 2018 son expresión de su decisión de abrirse “proactivamente al mercado”.
Una feria internacional es una oportunidad excepcional para que exportadores promuevan sus productos en el mercado de interés, pero cuando se trata de una economía como la china el potencial aumenta exponencialmente. Ya está en proceso organizativo la convocatoria para la exposición de este año cuyo plazo de inscripción cierra el presente mes. Si es un destino lejano para el cual los empresarios locales deben gestionar iniciativas de presencia teniendo siempre en cuenta que promoverse es una inversión, no un gasto, aunque haya que “gastar” para ello. Entre las vías puede estar reforzar el alcance del pabellón de la RD que se supone el CEI-RD organice;“stands” para varias empresas o simplemente no contratar un “stand”, pero hacerse presente con la documentación de promoción adecuada y visitar a los importadores de interés que se presenten.
Intente que tan solo un 1% de la población china demande sus productos y su éxito estará garantizado en los siglos por venir. Mejor escenario de negocios es difícil de imaginar.